Por: Roberto Morejón
Las más altas autoridades de Cuba realizan una oportuna visita a las provincias a fin de constatar disposiciones para afrontar el agudo déficit de combustible, en especial de diésel, provocado por el bloqueo de Estados Unidos.
El recorrido de los dirigentes, encabezados por el presidente Miguel Díaz-Canel, reafirma el seguimiento del gobierno al curso de la situación imperante, ante una transitoria disminución de las disponibilidades de diésel.
En Cuba está trazada una estrategia para salirle al paso con orden y eficiencia a una situación compleja, con innegable secuela en la producción, los servicios y la vida cotidiana.
Sin esas orientaciones oficiales complementadas en cada provincia sería complicado y quizás inviable atender los requerimientos, trazar paliativos y readecuar la marcha del país.
Porque de eso se trata. La vida en Cuba sufre un cambio por estos días, sin traumatismos, desamparo de personas, cierre de escuelas y hospitales o interrupción de abastecimientos alimentarios.
Las autoridades insisten en que la laguna en los aprovisionamientos al país es de combustible y NO de renglones alimentarios y otros vitales.
Es cierto que es inobjetable el impacto, por ejemplo, en los viajes del transporte de carga y de pasajeros.
Acudir a lugares de estudio y trabajo y a establecimientos donde se hacen gestiones administrativas se hizo engorroso.
Pero el Ministerio de Transporte, el Poder Popular y los gobiernos territoriales tratan de amortiguar las molestias.
La concentración del limitado combustible en los viajes de los ómnibus en los horarios de mayores congestiones de público surge como medida pertinente.
La ubicación de inspectores para que los vehículos del Estado ayuden a trasladar a las personas es otra de las disposiciones juiciosas tomadas.
Los viajes de ómnibus y ferrocarriles a nivel interprovincial también fueron recortados y los gobiernos locales trabajan entonces en alternativas con vehículos privados y estales.
Nada de lo apuntado responde a ineficacias gubernamentales, sin eludir que en Cuba se trabaja para aumentar el orden, la disciplina y la eficiencia en la producción y los servicios.
Una vasta explicación brindada por las autoridades y los medios de comunicación señala al recrudecimiento del bloqueo como el promotor de la situación actual con el combustible.
La persecución tenaz de Washington a los envíos de diésel impidió cubrir perentorias necesidades durante una etapa puntual y el país vela por el aseguramiento de futuros envíos de energéticos.
El propósito es afectar lo menos posible a los ciudadanos, como corresponde en una sociedad donde los intereses de la colectividad son prioritarios.