Por: Roberto Morejón

Muchos países ricos ven en África únicamente una fuente de recursos naturales, sin preocuparse de los intereses de esos pueblos, empeñados en dejar atrás problemas económicos y la pobreza, agravados por guerras locales, pero Rusia se traza otro propósito.

Ese gigante país está de regreso en el llamado continente negro con inversiones, proyectos de desarrollo y asistencia en materia de defensa, como lo prueba la recién celebrada primera cumbre con África.

Con la presencia de delegaciones de nada menos que 43 de las 54 naciones africanas, tuvo lugar en el balneario de Sochi la cita referida.

Los anfitriones evidenciaron allí su deseo de demostrar que aquella región es una de sus prioridades.

Los enviados africanos alcanzaron con Rusia en Sochi acuerdos comerciales por la suma de casi 13 mil millones de dólares.

De acuerdo con cifras oficiales, las exportaciones rusas a países africanos llegaron a 20 mil millones de dólares en 2018, dos veces más que en 2015, aunque Moscú aspira a aumentar el comercio 20 por ciento en 2020.

El gigante euroasiático invirtió en recursos mineros y energéticos en África y le envió alimentos.

Ya resulta frecuente la presencia en África de compañías rusas vinculadas a la agricultura, ingeniería, tecnología y espacial.

Los jóvenes africanos, por su lado, miran hacia el país amigo para cursar estudios de nivel superior.

En los últimos ocho años pasó de 6 mil 700 a 15 mil el número de estudiantes africanos en academias rusas.

Adultos y jóvenes del extenso continente elogian el compromiso del presidente Vladimir Putin de brindar soporte sin condicionamientos políticos.

Esa actitud contrasta con la de antiguas potencias coloniales y en especial Estados Unidos, porque llegan a África con imposiciones a cambio de créditos.

Algunos hasta se olvidan del área, sin el menor interés de colaborar con ellos para ayudarles a encontrar soluciones a sus problemas, NO pocos heredados del colonialismo.

Llama la atención que medios periodísticos hegemónicos hicieron sospechoso hincapié en la colaboración en materia de defensa acordada hasta ahora entre Rusia y sus contrapartes desde Egipto hasta Sudáfrica.

NO puede negarse esa arista de las relaciones sujeta a los requerimientos de los Estados africanos, con frecuencia expuestos a convulsiones de movimientos armados.

Sin embargo, Rusia puso de relieve el interés de aportar sobre todo al desarrollo civil de sus interlocutores.

No por casualidad, el primer mandatario de Egipto, Abdel Fatah Al Sisi, al frente de la Unión Africana, dijo que Rusia “es uno de los principales actores en la arena internacional y un sincero amigo de los países africanos”.