Por María Josefina Arce

La asistencia médica cubana a otros pueblos del mundo es altamente valorada a nivel internacional. Los médicos de la Mayor de las Antillas han marcado la diferencia en diversas regiones, donde los más humildes o víctimas de desastres naturales han contado con su abnegación y humanismo.

Mientras algunos como Estados Unidos intentan desvirtuar la ayuda cubana en materia de salud, son más quienes agradecen a Cuba su solidaridad y su esfuerzo por contribuir a que todos los ciudadanos tengan acceso a la atención médica.

En numerosos foros internacionales se ha escucha la voz de naciones del Tercer Mundo que destacan el mejoramiento de sus índices de salud, gracias a la presencia y el trabajo de los profesionales cubanos.

La solicitud de países como Jamaica de que se incremente esa asistencia habla por sí sola de la falsedad de los ataques contra los especialistas del archipiélago cubano.

La colaboración en el campo de la salud con Jamaica comenzó en la década del 70 del siglo pasado, a partir de una solicitud de su gobierno y con una brigada de 14 médicos, al amparo del Acuerdo técnico de cooperación vigente entre los ministerios de ambos países.

En los últimos días se sumaron a la brigada médica cubana presente en territorio jamaicano unos 40 profesionales, que por espacio de tres años prestarán sus servicios en esa nación caribeña.

Más de 250  médicos, personal de enfermería y técnicos en electromedicina laboran actualmente en ese vecino país.

Unos 18 de ellos forman parte de la Misión Milagro, gracias a la cual se realizaron más de 16 mil operaciones que permitieron mejorar la calidad o devolver la visión a una parte importante de los pobladores.

Hasta mayo del presente año la cooperación médica cubana en Jamaica contabiliza más de un millón de casos vistos, entre ellos 261 mil 350 de pediatría y la realización de casi 31 mil  intervenciones quirúrgicas, al tiempo que fueron aplicadas 73 mil 331 dosis de vacunas.

El trato personalizado, la entrega, su alto profesionalismo y su presencia en lugares de difícil acceso, donde no hay atención médica, ha hecho que los cooperantes cubano sean bien recibidos, y a su regreso a la Patria, tras concluir su misión, dejen atrás numerosos amigos y personas altamente agradecidas.

Vida y esperanza llevan los médicos cubanos a cualquier confín del mundo que requiera de sus servicios, y no dudan en dejar atrás el confort de sus hogares o poner en riesgo sus vidas para socorrer a quienes los necesitan. Por eso han dejado una profunda huella en los lugares donde han estado presentes, que mentiras y ataques mediáticos no pueden borrar.