Por María Josefina Arce.
El cambio climático vuelve a centrar la atención del mundo, que este año ha sido testigo de varios desastres naturales como intensos huracanes e incendios en la Amazonía y Australia, que han amenazado el hábitat de numerosas especies de plantas y animales y constituyen una alerta sobre el peligro al que se enfrenta la vida en el planeta.
España es desde este lunes y hasta el venidero día trece la sede de una nueva Cumbre de la ONU sobre el tema COP25, que reúne a representantes de numerosas naciones y que busca impulsar el Acuerdo de París para frenar el calentamiento global.
El acuerdo, adoptado en 2015 en la Cumbre del Clima de París, intenta limitar las emisiones de gases de efecto invernadero causantes del incremento de las temperaturas en el planeta.
Pero como bien afirmó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, “el punto de NO retorno no está lejos en el horizonte, se ve y se nos acerca a toda velocidad”.
De hecho los científicos plantean que los compromisos contraídos en París no bastan para evitar las consecuencias más desastrosas del calentamiento global en términos de elevación del nivel del mar, sequía, tormentas y otros impactos.
El último informe de la Organización Meteorológica Mundial confirma esa realidad, pues revela que entre 2014 y 2019 se registró el período de mayor temperatura de la historia.
En el mismo período, señala el documento, se aceleró de manera significativa el aumento del nivel del mar, que podría aún ser mayor en un futuro inmediato ante la abrupta disminución de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida, donde en esta última se incrementó al menos seis veces desde 1979.
El estudio subraya el hecho de que el panorama es el mismo en cualquier punto del planeta: el calentamiento inducido por el ser humano está afectando la escala y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, como las olas de calor y los incendios forestales.
En medio de este panorama, los delegados esperan aprovechar el encuentro de Madrid para dar un nuevo impulso al proceso, que enfrentará un momento crucial el año que viene, cuando los gobiernos deberán presentar propuestas más ambiciosas para reducir la producción de gases de efecto invernadero.
Sin embargo, este esfuerzo se complica con la decisión del gobierno del presidente norteamericano, Donald Trump, de retirarse formalmente del pacto, una acción ampliamente criticada por la comunidad internacional.
Salvar la vida en el planeta y hacerla mejor no solo ahora, sino para las futuras generaciones exige menos palabras y mayores y concretos compromisos, pues como desde temprana fecha, en 1992, el líder de la revolución cubana, Fidel Castro, alertara en la Cumbre de Río de Janeiro, la especie humana está en peligro de extinción.