Por: Guillermo Alvarado

Jóvenes de distintos países y continentes reclamaron a los miembros de la Cumbre del Clima, COP25, que se celebra en Madrid, España, que asuman sus responsabilidades para combatir el calentamiento global que ya está causando estragos y amenaza el futuro de las nuevas generaciones.

La cita debía realizarse en Santiago de Chile, pero las masivas protestas contra el gobierno de Sebastián Piñera obligaron a cambiar la sede.

Este encuentro tiene particular importancia porque en su segmento de alto nivel, que comenzó ya con la participación de gobernantes y altos funcionarios, se deben poner a punto todos los mecanismos para la aplicación plena de los Acuerdos de París, adoptados en 2015.

Sin embargo hay mucho escepticismo sobre el éxito del encuentro por la ausencia de gobernantes y jefes de Estado de países clave. Por ejemplo, no asistirá ninguno de los máximos dirigentes del G-20, que aglutina a las principales economías del mundo y también a las más contaminantes.

Por ello, jóvenes de Irlanda, España, Rusia, México, Uganda, Alemania, Chile y Suecia, entre otros, pidieron a los responsables de la cita más seriedad en las negociaciones para salvar al planeta y la vida.

La activista sueca de 16 años Greta Thunberg, quien dirige la organización Viernes por el Futuro, recordó que el cambio climático ya está aquí, no es cosa del futuro.

Hilda Flavia Nakabuye, de Uganda, recordó que los pueblos de África están sufriendo ya los resultados del efecto invernadero, que se traduce en intensas sequías, grandes incendios y graves inundaciones.

Los representantes de las nuevas generaciones expresaron su recelo porque las grandes corporaciones transnacionales, que figuran entre las que más gases contaminantes emiten a la armósfera, estén financiando en parte esta cumbre, tengan un trato preferencial entre los asistentes y encabecen las negociaciones sobre compromisos que ellas mismas no cumplen.

En el marco de la reunión, se dio a conocer un documento donde se revela que unos 30 países grandes contaminadores han reducido sus emisiones de carbono, pero Estados Unidos, Arabia Saudita y Australia marchan en la senda opuesta.

De hecho Estados Unidos abandonó sus compromisos con el Acuerdo de París y en estos momentos está a la cabeza de los que más daño causan a la naturaleza.

Donald Trump no sólo sacó a su país del pacto ambiental, sino que dio marcha atrás a numerosas iniciativas adoptadas por anteriores administraciones para reducir la contaminación.

Por el camino que va en estos momentos la humanidad, será imposible cumplir la meta de mantener al planeta por debajo de un calentamiento de dos grados centígrados con respecto a la era preindustrial.

Los más afectados serán los países pobres y los jóvenes de todo el mundo, que verán limitadas sus posibilidades de sobrevivir en un mundo que arde, y no precisamente en un sentido metafórico.