Larga cadena de fricciones ente EE.UU. y Rusia

بقلم: María Candela
2020-01-02 08:56:53

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Por: Roberto Morejón

Una reunión entre los cancilleres de Rusia y Estados Unidos en diciembre último fue útil, sin  llegar a mitigar las fricciones entre ambos países, de indudable peso en el concierto internacional.
 
Rusia y Estados Unidos acumulan tanta tirantez que el encuentro entre Mike Pompeo y Serguei Lavrov en Washington fracasó en asuntos cruciales como el control de armas.
 
El deterioro de los lazos tuvo realce con la salida de Estados Unidos del tratado con Rusia para la eliminación de misiles nucleares de medio y corto alcances.
 
A esa disparidad de criterios se añadió la animosidad por las sanciones aplicadas por el presidente Donald Trump a su contraparte.
 
Como es habitual en su arsenal político, la administración del magnate inmobiliario amplió las penalizaciones contra Moscú, agregadas a las impuestas a raíz de su papel en Ucrania.
 
La Casa Blanca interpuso nuevas restricciones en 2019 a personas y organizaciones comerciales rusas seleccionadas arbitrariamente, adujo el Kremlin.
 
Al concluir el año anterior, Trump sancionó a las empresas participantes en la construcción del gasoducto Nord-Stream-2, diseñado para entregar a través del Mar Báltico 55 mil millones de metros cúbicos del fluido ruso a Europa.
 
El gobernante arguyó que el conducto expondría a Europa a supuestas presiones de Rusia, eventualidad rechazada por los aludidos.
 
Otro frente de beligerancia surgió a raíz de la entrega de Rusia de un avanzado sistema de misiles de defensa aérea a Turquía.
 
La relación de controversias ganó espacio con el rechazo del presidente Vladimir Putin a las sanciones aplicadas por Washington a Irán, después de salir del acuerdo nuclear firmado entre varios países.
 
Muy cerca de Irán está Siria, otro eslabón en la cadena de desavenencias entre Trump y Putin, porque Rusia apoyó al presidente Bashar Al Assad en su lucha contra los terroristas apoyados por Washington.  
 
Si vamos a América Latina y el Caribe afloran más discrepancias entre las potencias mencionadas, sobre todo por Venezuela, acosada por la injerencia estadounidense, en medio del rechazo de Moscú.
 
El Kremlin también se opone al bloqueo estadounidense contra Cuba.
 
Sin disiparse, persiste el fantasma de la alegada injerencia rusa en las elecciones de Estados Unidos en 2016, a pesar de que una investigación del fiscal Robert Mueller negara esa intromisión.
 
Como se aprecia las disonancias entre Rusia y Estados Unidos aumentaron hasta dañar la concordia mundial.
 
Por ello es hora -dijo Lavrov- de distender las relaciones, a pesar de sospechas y suspicacias.
 
El llamado del veterano canciller es juicioso, pero, desafortunadamente, la sensatez escasea en el gobierno estadounidense.



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