Por María Josefina Arce

El Perú vive desde hace poco más de tres años una crisis política, desatada durante el gobierno del ex presidente Pedro Pablo Kuczynski quien solo duró en el cargo unos 20 meses y se vio obligado a renunciar acusado de sobornos y corrupción.

Bastante accidentado fue su mandato, en el que levantó gran revuelo en el país al otorgarle un indulto humanitario al ex dictador Alberto Fujimori, condenado a 25 años por delitos de lesa humanidad cometidos durante su gobierno entre 1990 y 2000, generando un gran rechazo en la sociedad peruana.

Varios ministros, altos funcionarios y trabajadores del gobierno de Kuczynnski se vieron obligados a renunciar ante la medida del entonces presidente, en un acuerdo con el partido fujimorista Fuerza Popular, que controlaba el Congreso, tras las elecciones de 2016.

Ante la renuncia de Kuczynski, asumió el máximo cargo el vicepresidente Martín Vizcarra, quien llegó decidido a adoptar una serie de medidas para poner freno a la corrupción en el país, que involucra a figuras políticas y más de 27 MIL funcionarios.

Pero Vizcarra se encontró con la fuerte oposición del fujimorista Fuerza Popular que bloqueó en el Congreso todas sus propuestas. La crisis se agravó, luego de que fuera elegido un nuevo miembro del Tribunal Constitucional, sin discutir la cuestión de confianza presentada por el ejecutivo para intentar detener ese proceso.

La situación llevó a que el mandatario, de acuerdo con las facultades que le otorga la constitución, disolviera en septiembre pasado el órgano legislativo y convocara a elecciones parlamentarias anticipadas.

Este domingo tuvieron lugar los comicios en los que, de acuerdo a los informes, se precipitó la caída del partido Fuerza Popular, que ya había dejado entrever su pérdida de influencia en el panorama político del país desde las acusaciones de corrupción contra su líder Keiko Fujimori.

De acuerdo con las informaciones Fuerza Popular habría pasado de 73 diputados a unos 8, mientras que el Partido Aprista del fallecido expresidente Alan García quedaría fuera del Congreso.

Con poco más del 1,4 por ciento tampoco estará presente la agrupación Solidaridad Nacional, de extrema derecha y gran enemiga Vizcarra, ni Contigo, el partido oficialista en tiempos de Kuczynski, que ahora no llegó ni al 1 % de los votos.
Recuerdan los analistas que eran estas organizaciones políticas las más vinculadas a los escándalos de corrupción, las que calificaban de golpe de Estado la disolución del Congreso y al presidente de dictador.

La nueva constitución del Congreso hace prever que Vizcarra podrá gobernar con mayor comodidad y probablemente avanzar en algunas de las reformas que pretende impulsar, como la de la inmunidad parlamentaria. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el tiempo es corto, pues este nuevo órgano legislativo solo funcionará hasta el 2021, cuando tendrán lugar las elecciones generales en el Perú.