Por: María Josefina Arce

Desde que Jair Bolsonaro asumiera en enero de 2019 la presidencia de Brasil, el país es escenario de constantes protestas por la consolidación de la política neoliberal puesta en marcha por su antecesor, el golpista Michel Temer, y que ha llevado a un retroceso de los avances en materia social.

La ciudad de Sao Paulo fue el espacio donde en las últimas horas se manifestaron los brasileños, aprovechando la presencia de Bolsonaro en un almuerzo con representantes del sector industrial, también golpeado por la política económica del actual gobierno.

Los manifestantes demandaron la creación de empleos dignos y denunciaron los ataques de Bolsonaro contra el sector industrial y la entrega de empresas públicas a extranjeras, como Eletrobras y Petrobras, que iniciaron sus procesos de privatización.

"No hay manera de que Brasil pueda garantizar un nivel de vida para su pueblo, mejorar la educación y los servicios de salud, si no tiene una base industrial muy fuerte", afirmó el Sergio Nobre, presidente de la Cental Unitaria de Trabajadores.

Lo cierto es que el Brasil de hoy es el de antes de la llegada al poder en 2003 del Partido de los Trabajadores. En el camino han quedado los logros sociales y económicos que distinguieron los gobiernos del PT.

Uno de los avances más notable fue que cerca de 40 millones de ciudadanos dejaron atrás la pobreza, un flagelo que ha vuelto con fuerza al territorio del gigante sudamericano.

En la actualidad 52 millones de brasileños viven en la pobreza, y casi 14 millones en la pobreza extrema, de acuerdo con un informe del Instituto de Geografía y Estadísticas.

Para los autores del documento es urgente la necesidad de impulsar políticas públicas para combatir la pobreza extrema, que afecta a los más vulnerables y a aquellos con menores posibilidades de insertarse en el mercado laboral.

El estudio reveló que los afrobrasileños o mestizos son los más golpeados por esta situación, al contabilizar el 72.7% de los pobres.

Asimismo, el pasado año la desigualdad salarial alcanzó su punto más alto. El uno por ciento más rico obtuvo un ingreso mensual medio de cerca de siete MIL dólares, mientras que el 50% de los menos favorecidos ganó únicamente unos 200 dólares.

La realidad es que a medida que avanza la pobreza extrema en Brasil, también lo hace la fortuna de los más ricos.

Bolsonaro ha tenido un primer año de mandato bastante movido. Su política neoliberal de recortes en esferas esenciales, reformas, privatizaciones y desprotección del medio ambiente ha provocado fuertes reacciones entre los brasileños.

Paros y multitudinarias protestas han definido el día a día de los ciudadanos del país sudamericano en estos últimos meses, una situación que todo indica se mantendrá en este año, pues los brasileños están descontentos y no confían en una mejoría de sus condiciones de vida bajo el mandato del ultraderechista presidente.