Por: Roberto Morejón

Dos personalidades de talla mundial, el Papa Francisco y el expresidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva, sostuvieron una alentadora entrevista en el Vaticano, por la que los más vulnerables en el mundo pueden sentirse esperanzados.

El opositor Partido de los Trabajadores, de Brasil, destacó que ambos abordaron en Roma asuntos relacionados con “un mundo más justo y fraterno”.

Se trata de una pista a falta de pormenores por el carácter privado de la entrevista, formalizada por el presidente argentino, Alberto Fernández, el mismo que se preocupó por Lula cuando estaba en prisión y por el depuesto primer mandatario boliviano, Evo Morales.

El popular líder brasileño acudió al encuentro con el Sumo Pontífice a casi 3 meses de ser puesto en libertad tras 580 días en prisión por alegados delitos de corrupción, sin pruebas, por lo que fue considerado un preso político.

En su celda recibió el aliento del Papa y ahora lo agradeció personalmente.

Poco antes de completar un año en prisión, el ex dignatario escribió una carta al Santo Padre donde afirmó que lucha por su inocencia.

"Estoy bajo arresto porque los poderosos quieren destruir toda la red de protección y cuidado que hemos construido para los excluidos", apuntó.

El Pastor Universal respondió que la política debería ser una herramienta para "crear condiciones para un futuro digno y justo".

Hace poco Lula habló en el Vaticano con esa autoridad inquietada por los desprotegidos en el mundo, de ahí que, como afirmara recientemente, ambos conversarían sobre la experiencia brasileña en el combate a la miseria.

Durante el gobierno de Da Silva, la pobreza en Brasil cayó de 42 millones de personas en 2002 a 14 millones en 2014 y los casos de hambre declinaron en 82 por ciento.

Desafortunadamente, la administración posterior deshizo políticas como el plan Bolsa Familia para aportar el equivalente de 21 dólares a personas en emergencia económica.

Otro tema de interés para el Papa argentino y el expresidente de Brasil es la Amazonía, escenario de privatizaciones.

El Sumo Pontífice publicó la exhortación post-sinodal en el territorio selvático con el título “Querida Amazonía”, en la que se lee: “Sueño con una Amazonía que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos nativos, para que se escuche su voz y promueva su dignidad”.

Con preocupaciones coincidentes sobre urgencias de la Humanidad el Papa Francisco y Lula tuvieron un encuentro significativo.

Para este último representa mucho el aliento espiritual de la más alta autoridad de la iglesia católica al estar latente el peligro de regresar a prisión por las maniobras de sus adversarios.