Por: Roberto Morejón
La economía cubana busca nuevas fuentes exportables y ampliar la cartera de ventas de las ramas ya establecidas, de ahí la importancia de una nueva edición del festival del habano, en esta capital.
El vigésimo segundo Festival del Habano promueve nuevos posicionamientos del tabaco aportado en las vegas de la mayor de las Antillas, tanto para elevar ingresos en divisas al tesoro público como para cumplimentar la demanda del mercado internacional.
La nación caribeña garantiza cada año las entregas de las prodigiosas hojas que luego de su curado pasan a las manos expertas de los torcedores de puros habanos.
Durante 2019 las exportaciones de Taba, Grupo Empresarial de Tabaco, reportaron ingresos por casi 270 millones de dólares, cerca de 10 millones más en comparación con la etapa precedente.
Con planes para 2020 de un monto de 280 millones de dólares, la rama agrícola cubana encuentra en el vigésimo segundo Festival del Habano una vitrina eminente para reafirmar su apuesta por los números y, sobre todo, por la calidad de uno de sus renglones exportables estrella.
Los delegados de más de medio centenar de países congregados en La Habana entre aficionados, productores, distribuidores y artesanos, tienen la oportunidad de valorar puros de renombradas marcas.
En efecto, el festival resalta las insignias Bolívar, Montecristi y Romeo y Julieta, además de celebrar el aniversario 30 de La Casa del Habano, o sea, las tiendas especializadas abiertas para comercializar el humeante producto en más de 60 países.
Junto a ello, los organizadores incluyen pasajes de la polifacética cultura local, pues NO se concibe degustar los puros habanos sin apreciar manifestaciones de la espiritualidad nacional.
El Festival del Habano y la mirada de los visitantes debe destacar a hombres y mujeres que en la tierra cultivan y alistan las hojas y los obreros que en la fábricas terminan los conocidos Premium, los hechos a máquina o los presentados como cigarrillos.
Los vegueros cubanos, por ejemplo, afrontaron en la última cosecha pérdidas de semilleros por lluvias, insuficiencias en la contratación y falta de productos para controlar el moho azul.
Sin embargo, la pericia trasladada de una generación a otra, la ciencia y la inventiva ayudaron a sortear los obstáculos.
Labriegos y obreros despuntan por sobreponerse a las adversidades materiales del país ante el acoso estadounidense.
Su meta es invariable, consagrarse unitariamente para sortear los escollos, hallar alternativas, aplicar iniciativas y sostener las exportaciones de puros con la calidad conocida y el liderazgo a nivel internacional.