Por:Roberto Morejón
La irrupción de la pandemia por el nuevo coronavirus trajo para Cuba, y a gran parte de
Ahí están los médicos que durante varias semanas trabajan en turnos continuos en hospitales, para posteriormente pasar por un período de cuarentena.
Figuran asimismo los choferes de ómnibus que conducen a los trabajadores de la salud a sus puestos y los estudiantes que llevan alimentos a las viviendas de ancianos solos.
Otra señal de desprendimiento y altruismo la tenemos en los cubanos que después de padecer
Científicos, médicos y autoridades de salud destacaron la decisión de los recuperados del padecimiento de origen respiratorio de donar su sangre para que el plasma, con anticuerpos, pueda usarse en el protocolo de atención a los contagiados.
Los donantes, claro está, deben ser personas inmunes competentes que hayan cumplido los requisitos exigidos después de contagiados.
Los expertos recordaron la época del combate contra el ébola, en el que prestaron asistencia determinante centenares de médicos cubanos enviados a países de África occidental, a solicitud de los gobiernos.
Cuando se registró aquella epidemia, los profesionales de la salud utilizaron el suero hiperinmune para el procedimiento con los enfermos, a partir de una persona que sufrió el mal y desarrolló cierta resistencia.
La alternativa del plasma se inscribe en los esfuerzos de los entendidos para mejorar la inmunidad de las personas ante la aparición del SARS-COV-2.
A esa finalidad también aporta en Cuba la aplicación del Interferón Alfa 2B Recombinante, de producción nacional, insertado en el extenso protocolo de los médicos para abordar el desafío de la pandemia causada por el nuevo coronavirus.
Con las variantes expuestas tratan aquí de ganarle la iniciativa a
Las modalidades en Cuba para el manejo clínico de los casos por