Por: Roberto Morejón
A la lógica incertidumbre reinante en el mundo ante el avance de la pandemia por el nuevo coronavirus se une la inquietud por la suerte del personal de salud, en la primera línea de exposición al peligro.
Si bien todas las profesiones y quehaceres laborales revisten importancia, sin dudas las de médicos, enfermeros y técnicos adquiere en tiempos como estos una notoriedad mayúscula.
Calificados acertadamente como héroes de salud, los dedicados a tan precisa y humana tarea juegan un papel crucial ante un enemigo letal.
Así lo es el patógeno SARS-COV-2, causante de una enfermedad que registró casi dos millones de casos confirmados.
Informes de varios países dieron cuenta de miles de médicos, enfermeros y técnicos exhaustos, sobrepasados por el número de pacientes, turnos extendidos y poco descanso.
El hecho de enfrentarse a una enfermedad relativamente nueva también obliga a los dedicados a atender a los dolientes a esmerarse más y extremar precauciones.
En NO pocos países denunciaron la escasez de equipos de protección o incluso la imposibilidad de reabastecerlos con rapidez, dada la velocidad de los contagios y el colapso de servicios hospitalarios.
El organismo especializado calificó de tendencia alarmante las estadísticas de que en algunas naciones hasta 10 por ciento del personal resultó contagiado.
Otras fuentes hablan de que la sobre exposición al virus y NO la edad sería la principal amenaza para los llamados soldados de bata blanca.
Sin embargo, sindicatos del ramo consideran el origen del problema más atrás en el tiempo.
Los gremios recordaron la existencia en varios países, incluyendo europeos, de plantillas al límite, bajos sueldos y jornadas superiores a las 8 horas en etapas anteriores al azote de la actual pandemia.
Se trata de factores a considerar en la búsqueda de las mejores circunstancias de trabajo para quienes se exponen más.
Los colectivos de salud requieren el máximo de atención porque aportan habilidades, conocimientos, experiencia y valentía para batallar contra males tan graves como
La sonrisa de un médico puede aliviar el dolor de su paciente.