Por: Guillermo Alvarado

Los grandes empresarios, con el apoyo de los medios de comunicación en manos de los sectores más conservadores, le hacen la guerra al gobierno de Argentina presidido por Alberto Fernández con la pretensión de obligarlo a declarar el fin del aislamiento social y reabrir las actividades económicas.

De acuerdo con el cierre al finalizar el domingo 10 de mayo, la nación austral tiene 6 mil casos confirmados de Covid-19 y alrededor de 300 fallecidos por esta causa, cifras relativamente bajas en comparación de algunos de sus vecinos, como Chile y Brasil.

Esto se debe en buena medida a las politicas rigurosas aplicadas por el ejecutivo que, sin embargo, comenzaron a motivar el rechazo de los empresarios que exigen el retorno a las labores de los trabajadores a pesar de los riesgos que esto implica.

Uno de los consorcios más activos en este aspecto es el Grupo Techint, de la familia Rocca, la más poderosa y de mayor fortuna de Argentina, la misma que junto a otros conglomerados provocó una tragedia en Lombardía, Italia.

Esta empresa es dueña de numerosas fábricas en el norte italiano y presionó para mantener abiertos sus negocios cuando ya era evidente la presencia a gran escala del SARS-CoV-2 en esa región del país europeo.

Ahora pretende hacer lo mismo en Argentina, en complicidad con otros grandes propietarios y los consorcios informativos Clarín y La Nación, íntimamente vinculados al gran capital.

En el fondo del conflicto figuran tres decisiones del gobierno de Fernández, como son la renegociación de la deuda pública, la aplicación de un impuesto único y excepcional a las grandes fortunas y la prohibición de realizar despidos de trabajadores con motivo de la crisis sanitaria.

El tema de la deuda les afecta porque los más adinerados en Argentina son, al mismo tiempo, tenedores de bonos y títulos emitidos por el Estado, la mayoría de ellos durante el gobierno neoliberal de Mauricio Macri.

Son los mismos que rechazan un impuesto extraordinario para contribuir a paliar los efectos de la pandemia en la economía nacional, algo que ha sido recomendado incluso por el Fondo Monetario Internacional.

Particular encono despertó en el sector corporativo la medida del gobierno argentino de prohibir los despidos de trabajadores, adoptada para proteger a los más vulnerables en la actual situación.