Por Maria Josefina Arce
Ecuador es uno de los países latinoamericanos más afectados por la COVID 19, y que sigue sumando nuevos casos que se acercan peligrosamente a los 50 MIL y a los siete mil muertos, mientras el panorama económico es cada vez menos alentador.
La situación es bien compleja en una nación, que ya fue tristemente noticia en abril pasado por lo sucedido en Guayaquil, donde las muertes y contagios causada por el nuevo coronavirus se incrementaban cada día y todo el sistema sanitario y funerario colapsó.
Ecuador siguió rápidamente los pasos de Europa con uno de los brotes más violentos, cuando aún la pandemia no se había desatado con fuerza en América Latina. El personal de salud ha denunciado en todo momento la falta de condiciones adecuadas de bioseguridad para atender a los enfermos y de insumos y equipos necesarios.
Este martes el país entró en su segundo estado de excepción por calamidad pública, a causa de la COVID 19 y la emergencia económica, un aspecto que marca la diferencia con el primer decreto ejecutivo, declarado el pasado 15 de marzo y que venció el lunes último.
Ahora se busca no solo mitigar la propagación de la dolencia, sino establecer mecanismos para enfrentar la recesión económica. Los medios de prensa recuerdan que de acuerdo con la constitución una de las atribuciones extraordinarias que tiene el presidente es declarar el adelanto de impuestos.
Y precisamente en su discurso a la nación de finales de mayo, el presidente Lenín Moreno señaló que adelantaría el pago de impuestos a las personas que ganen más de cinco MIL dólares y a las empresas que no hayan tenido pérdidas durante la pandemia.
Al respecto el presidente de la Cámara de Comercio de Quito, Patricio Alarcón, apuntó que lo que realmente necesita el país es una agenda mínima en temas tributarios, financieros y laborales para la recuperación.
La COVID 19 encontró una difícil situación económica en Ecuador, donde se podrían perder unos 600 MIL empleos hasta finales de año y registrarse un aumento de la pobreza hasta de un cuatro por ciento, indicadores que ya bajo el mandato de Lenín Moreno han tenido un repunte por la política neoliberal puesta en marcha.
El gobierno, por demás, aplicó recortes por cuatro MIL millones de dólares, lo que volvió a provocar fuertes protestas como las acaecidas en octubre último que mantuvieron en jaque al presidente que hoy solo tiene una aprobación de apenas dieciocho por ciento.