Por: Maria Josefina Arce
A finales de marzo pasado, tras reportarse los primeros casos importados de la COVID 19 en Cuba, el gobierno suspendió las actividades docentes, como parte de las múltiples disposiciones adoptadas para prevenir el contagio y la propagación de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
El 20 de abril debían reanudarse las clases, pero teniendo en cuenta la situación epidemiológica del país, que aunque nunca llegó a presentar un cuadro crítico si registraba un aumento de casos, se decidió mantener la suspensión para salvaguardar la salud de los educandos y los profesores.
Sin embargo, no se descuidó el aprendizaje de niños y jóvenes en los diversos niveles de enseñanza. La televisión cubana ha sido un elemento esencial en este proceso. En coordinación con las autoridades educativas se programaron las clases en las distintas asignaturas que han sido transmitidas por dos canales televisivos.
Para facilitar la labor a las familias, quienes en estos meses han asumido el papel de los maestros, la Dirección de Tecnología Educativa del Ministerio de Educación ideó asimismo, una aplicación para descargar las teleclases.
Libre de todo costo esta iniciativa permite ver de manera online en los dispositivos móviles las clases diseñadas para todos los niveles por los especialistas.
Otro de los proyectos muy bien acogido es el de pedagogos de La Habana que comparten en Whatsapp recursos que ayudan a las familias a cuidar del desarrollo psicosocial de los menores.
Se busca que la permanencia en casa en tiempos de pandemia resulte provechosa y menos compleja. Los participantes en este grupo pueden dar sugerencias, criterios o intercambiar experiencias de cómo enfrentar la actual situación.
El venidero septiembre se reanudará el curso escolar 2019-2020, para en noviembre dar inicio al nuevo periodo lectivo, pero niños y jóvenes han podido contar en estos meses con el apoyo de la familia y de las autoridades educativas para no desvincularse del proceso de enseñanza.