Por Maria Josefina Arce

La Covid 19 trajo un impasse en las protestas contra el gobierno del presidente Sebastian Piñera que estallaron con gran fuerza en octubre pasado. Sin embargo, poco a poco los chilenos han retornado a las calles para hacer valer sus derechos.

En los últimos días se ha hecho sentir nuevamente el rechazo de la sociedad a la gestión de Piñera, ante la enfermedad causada por el nuevo coronavirus, que en Chile contabiliza cerca de 300 mil contagiados  y  rebasó  los seis mil  fallecidos, y en contra de la crítica situación económica, social y sanitaria que vive la nación.

En Santiago, la capital, Antofagasta, la Región de Bio Bio y en otras zonas del país austral se registraron marchas y mítines, muchos de ellos reprimidos por los carabineros, quienes se escudaron en la emergencia sanitaria pero que no dudaron en lanzar chorros de agua contra los manifestantes.

Los sectores más vulnerables se han sentido desprotegidos ante el escenario impuesto por la pandemia. Ha sido ineficaz el apoyo gubernamental a los trabajadores imposibilitados de continuar con sus labores y no tener recursos para enfrentar la cuarentena.

De hecho se estima que unos 940 MIL han perdido sus empleos. La CEPAL, Comisión Económica de la ONU para América Latina y el Caribe, ha manifestado que un millón de chilenos podría caer este año bajo la línea de pobreza.

Gran parte de los ciudadanos estima que la política llevada a cabo por las autoridades solo ha provocado más pobreza, saturación del sistema sanitario y un orden que se mantiene a base de represión en los barrios populares.

#Pan salud y trabajo, #Fuera Piñera y #No más despidos fueron algunas de las etiquetas que inundaron las redes sociales para llamar a las protestas, que también rememoraron las de 1986 contra la dictadura del general Augusto Pinochet tras el asesinato de los jóvenes Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas de Negro.

Los jóvenes fueron interceptados durante las manifestaciones contra Pinochet, golpeados y posteriormente quemados por los militares. Sus cuerpos fueron abandonados en las afueras de Santiago.

En medio de este escenario sigue cayendo la aprobación del multimillonario presidente. La última Encuesta Criterio reveló que 77 por ciento de los chilenos califica de pésima su gestión y 74 de cada cien opinan que Chile va por mal camino y está retrocediendo.

La COVID 19 vino a reafirmar la desigualdad de un país que durante décadas vendió al mundo una imagen de exitosa economía, pero que intentaba  esconder a sus pobres y hambrientos, una realidad a la que, de acuerdo con organismos especializados, se enfrenta hoy la mitad de la población de Chile.