Por Maria Josefina Arce

Hacer frente a la difícil situación impuesta por la COVID 19 a nivel internacional, multiplicada para Cuba por el reforzamiento del bloqueo económico, comercial y financiero bajo la administración  del presidente norteamericano, Donald Trump,  es el objetivo de la estrategia económica y social aprobada por el Consejo de Ministros este jueves en sesión extraordinaria.

Dado a conocer de inmediato a la población  en el espacio televisivo Mesa Redonda, el plan busca reactivar la economía del país en ramas esenciales para seguir trabajando en aras del bienestar de los ciudadanos,  sobre todo teniendo en cuenta el panorama actual y futuro, que los organismos especializados califican de complejo y sombrío.

La CEPAL,  Comisión Económica de la ONU para América Latina y el Caribe, advirtió que la región sufrirá una fuerte contracción como no la habíamos tenido en cien años. Estima la entidad que la parálisis de la actividad económica es de tal magnitud que al cierre de este año el Producto Interno Bruto caerá un 9, 1 por ciento.

A esto se suma que Cuba enfrenta una situación que el presidente cubano, Miguel Díaz Canel, calificara de excepcional por el recrudecimiento de las acciones hostiles de Estados Unidos que van desde la persecución financiera, buscar el recorte de las remesas, sanciones a empresas foráneas que mantienen negocios con el archipiélago, hasta campañas de difamaciones contra la gestión del gobierno en un intento por crear caos y descontento.

Por tanto se ha trazado este plan, que no parte de la improvisación, sino de un exhaustivo análisis, de tener en cuenta las opiniones de la población, y que además está sustentado en documentos aprobados en el Séptimo Congreso del Partido Comunista de Cuba, efectuado en abril de 2016, como  el Plan nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030 y los Lineamientos de la Política Económica y Social.

La estrategia abarca 16 áreas clave, tiene un enfoque integral y principios que trazan el camino a seguir para impulsar la economía y en el que tiene gran importancia desterrar la mentalidad importadora y fortalecer la  industria nacional, que debe ser capaz de convertirse en el principal proveedor de bienes y servicios para el pueblo.

En su intervención en el espacio televisivo, el viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación Alejandro Gil Fernández  explicó que los principios abarcan entre otros,  mantener la planificación centralizada, dotar de mayor autonomía de gestión al sector empresarial e incentivar la competitividad, el ahorro y la motivación por el trabajo.

El país ha trabajado sin descanso, sobre todo en estos complejos meses, y la estrategia económica y social aprobada sigue ese camino para continuar avanzando en un desarrollo sostenible y manteniendo el principio de justicia social que es la esencia de la Revolución y sobre la cual, como afirmó el presidente cubano, nadie debe dudar,
pues nunca, ni en las condiciones más difíciles ha quedado desamparado ningún ciudadano.