Por: Roberto Morejón

Como preservar vidas y cuidar la salud constituyen prioridades en Cuba, todos los recursos potenciales se destinan a tales objetivos, aun cuando la economía atraviesa por una situación tensa.

Ahora que el país enfrenta un rebrote de la COVID-19 después de controlar esa incidencia, los hospitales, lugares de aislamiento para sospechosos de contagios y otros aseguramientos demandan adicionales recursos financieros y materiales.

Si bien el servicio de salud es gratuito al igual que los  medicamentos novedosos creados por científicos locales, nadie puede negar el soporte monetario que implica.

Además del personal entrenado dispuesto en instituciones de salud, otras personas trabajan arduamente en sitios de aislamiento, donde entregan alimentación y fármacos.

Las prestaciones de salud reclaman enormes recursos ante el impacto del letal padecimiento de origen respiratorio.

Las erogaciones se concretan en medio del lastre originado a Cuba por el recrudecido bloqueo de Estados Unidos.

También erosionan las arcas públicas domésticas la paralización productiva y de servicios y la desarticulación del comercio a nivel mundial.

Súmese a ello que la mayor de las Antillas NO recibe turistas desde marzo, por lo que el motor de la economía dejó de generar ingresos.

Junto a ello los cubanos prescindieron de exportar algunos renglones y otros tienen menor demanda.

Ante esa situación excepcional, Cuba aplica una estrategia con punto de mira en 16 áreas clave de la economía y en capítulos relacionados con las formas de gestión NO estatal.

Aumentar la producción nacional de alimentos, la autonomía de la empresa estatal, la inversión extranjera directa y crear empresas pequeñas y medianas, tanto en el área de propiedad colectiva como privada, figuran entre las líneas esenciales.

La población debe contribuir entonces a la ejecución más dinámica de la mencionada estrategia.

Lo puede hacer cuando acata estrictamente las medidas higiénico-sanitarias y salvaguarda la disciplina y el distanciamiento social, a fin de controlar rápidamente el rebrote de la COVID-19 .

Nada detendrá en Cuba la protección de un servicio fundamental como la salud, pero la economía se resiente.

El compromiso de los ciudadanos es incorporarse responsablemente a los esfuerzos titánicos por neutralizar el alza de contagios por el SARS-Cov-2.