Por Maria Josefina Arce.
Pocos hombres son recordados por su pueblo con esa mezcla de respeto, admiración y gratitud como Fidel Castro por la obra humanista y solidaria que lideró.
Incansable fue su labor para garantizar a cada cubano derechos esenciales como la salud y la educación y que han situado al país en el plano internacional a la altura de naciones desarrolladas.
La voz de Cuba es hoy escuchada con respeto en los distintos organismos internacionales por su prestigio y su lucha desde el triunfo de la Revolución a favor de los más pobres de la tierra.
El líder histórico de la revolución cubana fue un hombre de mil batallas. Luchó por un mundo más justo y equitativo, por preservar a la humanidad y el planeta en que vivimos ante la acción irresponsable y egoísta del modelo capitalista.
Para la posteridad y como una lección quedaron sus palabras en la Cumbre de la Tierra, en Río de Janeiro en 1992, cuando advirtió de los peligros a que se enfrentaba el ser humano si persistía en su accionar devastador sobre la tierra.
El bienestar no sólo de los cubanos, sino de todos los pueblos del llamado Tercer Mundo fue otra de sus constantes preocupaciones. Libró una batalla contra el pago de la deuda externa, que como denunció en reiteradas ocasiones recae sobre los más pobres.
Fidel le legó al mundo y en especial, a América Latina, iniciativas para elevar sus índices de salud y educación, dos derechos humanos al que aún millones de personas no tienen acceso en el mundo.
Nacerían así el programa de ayuda médica a otros pueblos y la reconocida Escuela Latinoamérica de Medicina, en la que se han formado miles de jóvenes de escasos recursos, procedentes de otras naciones.
Hoy esa vocación solidaria inculcada por Fidel a nuestro proceso revolucionario ha posibilitado que médicos cubanos brinden su ayuda a numerosos países, incluso del primer mundo, ante la COVID 19.
Su perseverancia por convertir a Cuba en un país de ciencia ha posibilitado una adecuada respuesta a la pandemia, pero también el logro de medicamentos cuyos beneficios se han extendido a ciudadanos de otros estados.
Fidel fue un hombre de mil batallas, con un objetivo construir un mundo mejor y más equitativo, pues como el Héroe Nacional José Martí, con los pobres de la Tierra quiso su suerte echar.