Por: Guillermo Alvarado

La noticia estalló justo cuando el magnate presidente venía de resucitar su discurso sobre esta muralla y su voluntad de hacer que los vecinos del sur paguen la edificación, eventualmente con un impuesto extraordinario a los vehículos que crucen la línea divisoria con destino al norte.

Este fue uno de los temas recurrentes que empleó Trump para atraer votantes hace cuatro años y recientemente, durante una gira por los estados del sur, lo desempolvó utilizando otra vez términos soeces hacia quienes son atraídos por el trasnochado sueño americano.

Bannon, quien formó parte de la campaña “Nosotros construimos el muro” (‘We Build The Wall’, en inglés) dedicada a pedir dinero a particulares con el ánimo de contribuir a la edificación de la barda, habría derivado a sus bolsillos y los de amigos suyos, fuertes cantidades de dólares.

Trump inmediatamente trató de desvincularse de la iniciativa, pero muchos recuerdan que la vio con muy buenos ojos cuando se puso en práctica.

Aunque rompieron en 2017, hay todavía muchos analistas que consideran que fue Bannon el verdadero arquitecto de la victoria de los republicanos, en particular por la estrategia de denostar de los migrantes para atraer al sector blanco, derechista y protestante.

Luego de su salida del equipo de gobierno, el político viajó a Europa para tratar de construir allí una especie de internacional de extrema derecha para controlar la eurocámara y fortalecer esa corriente política en países como Italia, Francia, España, Alemania y Hungría.

El ex asesor de Trump logró fundar en Italia, junto con grupos católicos de derecha, una escuela para cuadros ultranacionalistas, pero el gobierno le revocó el contrato de arrendamiento de un antiguo convento.

Tampoco consiguió atraer la simpatía de líderes de partidos extremistas y al final tuvo que volver a Estados Unidos con las manos vacías. Afortunadamente en Europa la extrema derecha sigue tan fragmentada como antes de la intentona de este sujeto.

Tendrá ahora que responder ante la justicia de su país por fraude y aunque el presidente intente lavarse las manos, será difícil evitar las salpicaduras pues al fin y al cabo Bannon fue su amigo y colaborador íntimo y la idea de construir un muro con México, por todos los medios posibles, es del mismo Trump. El que siembra, para bien o para mal, siempre cosecha.