Por María Josefina Arce
Las alarmas han sonado en América Latina por la tensa y compleja situación que vive hoy Ecuador, donde se reportan violaciones de los derechos humanos y se incrementa la persecución política de cara a las elecciones generales de 2021.
La nación suramericana ha sufrido una total transformación desde la llegada a la presidencia en 2017 de Lenín Moreno. Se ha puesto en práctica una estrategia neoliberal que ha dado al traste con los avances en materia social y económica de la Revolución Ciudadana.
De tal modo que se ha debilitado el sistema sanitario, totalmente colapsado ante el creciente número de contagiados y fallecidos por la COVID 19, mientras los profesionales del sector reclaman insumos y equipos para poder salvar vidas.
Recortes también en otras importantes esferas como la educación son las medidas adoptadas por el gobierno de Moreno para complacer al Fondo Monetario Internacional, en medio de una pandemia que exige ayudar a los sectores más vulnerables, que se han visto olvidados y abandonados a su suerte.
El panorama no podía ser peor, pues al tiempo que Ecuador retrocede social y económicamente, se ha intensificado la persecución contra ex dirigentes y ex funcionarios afines a la Revolución Ciudadana del ex presidente Rafael Correa.
La derecha ecuatoriana quiere borrar del mapa político a quien signifique una real amenaza a sus aspiraciones de mantenerse en el poder, un guión que se repite en otras naciones de la región, lo que ha hecho sonar las alarmas.
La situacion es de tal gravedad que ex presidentes y antiguos cancilleres Latinoamericanos han pedido a las autoridades respetar el proceso electoral. Manifestaron asimismo, su preocupación por la proscripción de Revolución Ciudadana, de Correa, a quien de hecho recientemente le fue ratificada la sentencia por un supuesto caso de corrupción, lo que inhabilitó su candidatura a vicepresidente.
En una carta abierta los líderes consideraron que en la nación andina se viola el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la ONU y la propia Constitución del estado, aprobada por amplio consenso popular en 2008.
El pasado martes el Consejo Nacional Electoral eliminó del registro de partidos políticos a Fuerza Compromiso Social, la agrupación en la que Revolución Ciudadana había encontrado un espacio de participación para los comicios de febrero venidero.
La Coordinadora por la Paz. Soberanía, Integración y la NO Injerencia, de Ecuador, pidió incluso, a la ONU visitar el territorio ecuatoriano para que constate las graves violaciones que tienen lugar.
Ecuador no es ni remotamente el país de hace tres años. Numerosos de sus ciudadanos mueren por la COVID 19, muchos han pasado a engrosar el número de pobres y ven alejarse sus aspiraciones de un mejor futuro, mientras se persigue a quienes representan una opción políticamente válida para una nación que se hunde nuevamente en el despiadado neoliberalismo. Sin haber efectuado los programados comicios Ecuador vive hoy un fraude electoral.