Foto: Archivo/RHC.
Por: Roberto Morejón
Los cubanos sufrieron en agosto y septiembre un rebrote de la COVID-19, pero las eficientes disposiciones de las autoridades de salud y la abnegación de su personal permitieron cierto respiro, sin abandonar las precauciones.
La central provincia de Ciego de Ávila presentó la mayor tasa de incidencia de la COVID-19 y solo por un reforzamiento de las prácticas organizativas, asistenciales, pesquisas y muestreos ha sido posible iniciar la mitigación del repunte.
De gran utilidad volvió a ser en Cuba el potencial científico, pues psicólogos, investigadores e informáticos examinaron el comportamiento de la pandemia y las mayores amenazas en Ciego de Ávila.
La acuciosa indagación acreditó los elementos de más riesgo, es decir, el envejecimiento poblacional, prevalencia de enfermedades crónicas y la alta movilidad de los habitantes de la provincia.
Nuevamente los hombres y mujeres dedicados a los caminos del saber aportan al país valiosos informes para encausar tratamientos a pacientes y perfilar la prevención.
Si la intensa labor comienza a arrojar resultados en Ciego de Ávila, igual conducta tuvo La Habana, con una complicada situación epidemiológica desde agosto.
Las autoridades de la capital junto al personal de salud y colaboradores trabajaron laboriosamente hasta lograr un modesto control del rebrote y permitir la eliminación de restricciones especiales.
Sin embargo, los expertos insistieron en NO confundir la reducción de limitaciones con un aliento a actuar como si la pandemia fuera asunto pasado.
La Habana sigue en la fase de transmisión autóctona, debe observar el distanciamiento físico y el uso de la mascarilla, como señal de cuánto falta para arribar a la anhelada recuperación.
La advertencia parece oportuna para todo el país, aun cuando siete de las quince provincias y el municipio especial Isla de la Juventud NO detectan casos desde hace más de dos semanas y algunas desde meses atrás.
Pero Cuba debe seguir con atención la continuidad de las faenas de control en Ciego de Ávila y La Habana, y en la central provincia de Sancti Spíritus, con una tendencia a la progresión de casos.
Como puntualizara el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, los cubanos deben seguir trabajando con mucho rigor, porque NO se trata solo de sobrepasar los rebrotes, sino de evitar otros y actuar oportunamente ante cada situación.