AMLO asegura que se está purificando la vida pública en México. Foto: Archivo
Por: Guillermo Alvarado/RHC
En su libro “La Salida”, escrito antes de ganar las elecciones presidenciales de 2018 en México, Andrés Manuel López Obrador califica a la corrupción como el más grave obstáculo para sacar a ese país de la crisis económica y social que sufre y construir una realidad diferente.
“La corrupción ya no es un conjunto de prácticas aisladas e inconexas entre sí, sino un ejercicio sistemático y sistémico”, planteó el actual gobernante de la hermana nación, y la vida desafortunadamente parece darle la razón.
En estos días es sometido a proceso por participar en un esquema de sobornos Emilio Lozoya, uno de los estrechos colaboradores del expresidente Enrique Peña Nieto, quien lo puso al frente de la corporación Petróleos Mexicanos y cuyas eventuales confesiones le quitan el sueño a muchos.
Pero lo que sacude a la opinión pública del país por sus serias implicaciones es la captura el viernes último en Estados Unidos del general Salvador Cienfuegos, antiguo secretario de Defensa también durante la administración de Peña Nieto, señalado de tener vínculos con una organización dedicada al tráfico de estupefacientes.
Se trata de un escándalo de grandes proporciones, porque si la cabeza de la seguridad nacional trabajó para el narcotráfico, ¿quién puede estar tranquilo?
Hay muchas aristas que preocupan en este caso, pues era la persona que debía coordinar acciones con sus pares en toda la región, y también con Estados Unidos, de manera particular en cuanto a las estrategias para combatir la producción y el trasiego de drogas. Es decir que tenía acceso privilegiado a información sensible, que luego le pasaba a quienes le pagaban.
Es un hecho asombroso, pero no el único que demuestra cómo el crimen organizado ha penetrado en las estructuras del Estado.
Recordemos que otro general, Jesús Gutiérrez Rebollo, nada menos que director del Instituto Nacional Para el Combate a las Drogas durante el gobierno de Ernesto Zedillo, fue capturado en 1997 y condenado a 40 años de prisión por colaborar con el Cártel de Juárez, del extinto Amado Carrillo.
Un caso más reciente fue el de Genaro Luna, secretario de Seguridad Nacional del exmandatario Felipe Calderón, precisamente quien inició la guerra contra el narcotráfico impuesta por Washington. Mientras miles de mexicanos morían durante ese enfrentamiento, Luna recibía sobornos del traficante Joaquín “El chapo” Guzmán.
Como dijo López Obrador tras conocer la detención de Salvador Cienfuegos, “Esto es una muestra inequívoca de la descomposición del régimen… Estamos limpiando, purificando la vida pública, pero estaba muy avanzada la enfermedad”.
