Reuters

Por: Guillermo Alvarado

Si bien los países de Europa occidental están viviendo un intenso rebrote de la covid-19, la región de América Latina y El Caribe continúa como una de las más afectadas por la pandemia, que ocasiona graves pérdidas humanas y compromete el futuro de muchos países.

Hasta el cierre de octubre en nuestra área se registraban 11,3 millones de personas infectadas por el nuevo coronavirus, de las que 402 mil 351 perdieron la vida, un poco más de un tercio del total de fallecimientos en todo el mundo, que asciende a 1,2 millones.

Brasil se mantiene como el más afectado, con cinco millones y medio de enfermos, seguido por Argentina, que reporta 1,13, y Colombia, que tiene 1,04 millones de casos.

De acuerdo con la Comisión Económica de la ONU para América Latina y El Caribe, CEPAL, se sufrirá en esta zona un retroceso como no se había visto  desde que se comenzaron a llevar registros al respecto, a principios de la centuria anterior.

De manera global la contracción del Producto Interno Bruto, PIB, será de 5,3 por ciento, lo que provocará que gran cantidad de pequeñas y medianas empresas cierren sus actividades, con la pérdida de 11,5 millones de puestos de trabajo y un incremento de 30 millones de pobres.

El organismo especializado alertó que la alta tasa de informalidad laboral de la región hace a los trabajadores muy vulnerables a la pandemia y también dificulta la implementación de las medidas para enfrentarla.

Precisamente durante el reciente trigésimo octavo período de sesiones de la CEPAL, con sede en Costa Rica aunque celebrado de manera virtual, los jefes de Estado de la región rubricaron una propuesta para construir un nuevo futuro cuando la covid-19 sea erradicada.

Los representantes de 43 países miembros y 9 asociados a la entidad constataron que los efectos negativos de la enfermedad redujeron la capacidad de los gobiernos para enfrentar la crisis, así como para realizar con éxito la reconstrucción.

Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL, advirtió que es necesario cambiar los modelos de desarrollo y centrar los esfuerzos en una etapa pos-covid-19 basada en los principios de inclusión, igualdad y sostenibilidad.

El SARS-CoV-2 mostró todas las brechas y problemas que existen en los países del área y no es posible pensar en un futuro que mantenga esa misma situación. Es decir que no se trata sólo de reconstruir, sino de hacerlo de tal manera que todo sea mucho mejor para todos.