Por María Josefina Arce
Rostros sonrientes, palabras de agradecimiento, gestos de cariño y un pedido de inmediato regreso muchas veces expresado es la imagen que guardan en su memoria los profesionales cubanos de la salud cuando retornan a su tierra, tras ayudar a otros pueblos en cualquier confín del mundo.
Una realidad que no se puede ocultar, pero que Estados Unidos se empeña en desvirtuar y para lo cual engaña deliberadamente. Ha recurrido a falsos pretextos como una supuesta trata de personas o de esclavos.
Ha ofrecido millones de dólares a organizaciones que investiguen, recopilen y analicen información relacionada con presuntas violaciones de los derechos humanos por personal sanitario cubano.
Incluso ha incitado al acoso y la violencia. Esa fue la situación vivida en Bolivia tras el golpe de estado de noviembre de 2019 contra el entonces presidente Evo Morales, lo que llevó a la salida de la brigada médica cubana y a que numerosas comunidades quedasen desprotegidas en el plano sanitario.
Ahora en medio de una pandemia que ya afecta a decenas de millones de personas y ha ocasionado más de un millón 500 MIL fallecidos , Washington presiona, amenaza y chantajea a otras naciones para que no soliciten la asistencia de Cuba en materia de salud.
Estados Unidos que históricamente, sin ningún sustento, ni moral, se ha erigido en juez de los derechos humanos a nivel mundial, niega a otros países una prerrogativa esencial, el acceso a la atención médica.
Pero el mundo aprecia la solidaridad del pueblo cubano, que sin condicionamientos, acude a salvar vidas. De hecho son muchos los que estiman que el modelo cubano de la Brigada Henry Reeve debería adoptarse para futuros desastres y pandemias.
Y muy importante, reconocen y destacan que los profesionales del archipiélago respetan la realidad y costumbres de cada nación, pues no imponen sus criterios, sino que siguen las directivas y políticas de cada lugar al que llegan.
Hoy son muchos más los países que, por la experiencia positiva y los palpables resultados, solicitan los servicios médicos cubanos en sus diferentes modalidades.
Desde que en marzo pasado la OMS, Organización Mundial de la Salud, declaró a la COVID 19 como una pandemia, Cuba ha brindado su ayuda solidaria a una treintena de estados, incluso desarrollados, a pesar de las difíciles condiciones que impone el bloqueo norteamericano.
Es un hecho que la campaña de Estados Unidos es un fracaso total. Así lo demuestran las incontables declaraciones de elogio y agradecimiento, premios, distinciones y hasta nominaciones para el Premio Nobel de la Paz para las brigadas médicas cubanas.
La COVID 19 deja una clara lección, la colaboración global en salud es una necesidad y no hay cabida para actitudes irresponsables y politizadas como la de Estados Unidos, que ha demostrado siempre actuar según sus intereses hegemónicos.
Cuba nunca ha dudado en dar su paso al frente y ha dejado claro que es posible trabajar en conjunto, con respeto, en bien de la humanidad.