Peso cubano.
Por: Roberto Morejón
En medio de una aguda limitación de recursos financieros, Cuba aplica el ordenamiento monetario, asociado a la organización salarial y de pensiones, aunque sus resultados se esperan a mediano plazo.
El gobierno enfatizó en la necesidad de corresponder el ordenamiento monetario que conlleva la supresión total o parcial de subsidios y gratuidades incorrectos, a una gestión empresarial más eficiente.
Al respecto alertó sobre ciertas deformaciones en la base al tratar empresarios de enmascarar ineficiencias con el alza de precios de sus productos y servicios.
No es por ahí el camino y estarían acertados quienes al frente de sus entidades reduzcan el personal involucrado en faenas indirectas, para priorizar el destinado a la creación de bienes y prestaciones.
No pareciera un encargo comprensible inicialmente dada la costumbre de ciertos empresarios de poseer abultados complejos burocráticos.
Llegó la hora en Cuba de que los administrativos entiendan que esa NO es la tendencia correcta si se desea, como se espera de todos, marchar hacia la eficiencia.
En manos de esos rectores está, como ya comienzan a hacer algunos, procurar opciones ante los desafíos reinantes.
No pocos empresarios escrutan en las vías de la eficiencia al explorar alternativas frente al encarecimiento de los combustibles o de materias primas importadas.
Se trata de una posibilidad entre muchas para revisar cuentas en las empresas y reducir costos.
Para asesorar, orientar y esclarecer posibles confusiones sobre el tema trabajan arduamente funcionarios y expertos.
Incluso una representación del gobierno encabezada por el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, visita los territorios, donde además pulsa la situación sanitaria.
En esos encuentros con directivos de provincias y municipios ha quedado claro que las autoridades están en disposición de escuchar criterios y sugerencias para contribuir a liberar ataduras que complican el ordenamiento monetario.
Mucho más cuando se percibe la complejidad del momento en Cuba, donde se enfrentan los efectos del recrudecimiento del bloqueo estadounidense, la COVID-19 y resulta impostergable aumentar la producción de alimentos.
El primer mandatario, exhortó a rehuir el cansancio e incentivó el ánimo y las motivaciones aun en medio de circunstancias que nadie duda en calificar de difíciles.
