Resumen Latinoamericano.

Por María Josefina Arce

La violencia policial vuelve lamentablemente a ser noticia en Chile, donde en los últimos días se cobró la vida de un artista callejero, lo que ha llevado al retorno de las protestas populares.

El suceso tuvo lugar en la ciudad de Panguipulli, en el sur del país. Tras conocerse el asesinato del joven, identificado como Francisco Martínez, numerosas personas salieron a las calles para exigir justicia.

Protestas que también se registraron en Santiago de Chile, la capital, y en las que otra vez hicieron su aparición los carros lanza agua y los gases lacrimógenos para reprimir a los manifestantes.

Como siempre la policía respaldó el accionar del agente que disparó contra el artista. La justificación fue la misma: actuó en legítima defensa propia.

Sin embargo, los partidos de la oposición calificaron de inaceptable que un procedimiento policial termine en la muerte de una persona por el uso injustificado de la fuerza, lo que, subrayaron, no es un hecho aislado.

El alcalde de Panguipulli, Rodrigo Valdivia, afirmó que la víctima era una persona pacífica y respetuosa.

El asesinato del  artista callejero puso una vez más en el centro del debate el injustificable accionar del cuerpo de carabineros,  ampliamente criticado y que la sociedad chilena reclama sea reformado.

Un largo historial de violación de los derechos humanos tiene esa fuerza del orden, que durante el estallido popular de octubre de 2019,  reprimió con brutalidad a los cientos de miles de chilenos que salieron a las calles para protestar por la desigualdad existente en la nación austral.

El desmedido uso de la fuerza dejó una treintena de muertos y miles de heridos, entre ellos cientos con lesiones oculares por disparos con perdigones.

Miles de denuncias se presentaron contra los carabineros por violaciones de los derechos humanos, como abusos sexuales, torturas, malos tratos y detenciones arbitrarias.

Los cuestionamientos contra ese cuerpo policial volvieron con intensidad en octubre de 2020, a pocos días del primer aniversario del estallido social, cuando un agente lanzó a un menor de 16 años al cauce del río Mapocho, en Santiago, durante una manifestación.

Una total impunidad distingue el accionar de los carabineros, defendidos incluso por el presidente Sebastián Piñera. Pero la sociedad reclama profundos cambios de un cuerpo que debe proteger a la ciudadanía y no masacrarla.