Por: Guillermo Alvarado

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, lanzó una severa advertencia a todo el mundo cuando aseguró que de no procurarse suficientes alimentos para quienes pasan hambre hoy día, se estarán alimentando futuros conflictos.

Durante una reunión celebrada la víspera en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde se examinó el vínculo entre el hambre y la seguridad, Guterres dijo que hace falta una acción inmediata para impedir que millones de seres humanos perezcan por falta de comida.

Los desastres ocasionados por el cambio climático y el efecto de la pandemia de covid-19 en la economía agudizaron este problema, al grado de que en unas tres decenas de naciones hay 38 millones de personas a punto de ser declaradas en situación de hambruna, afirmó el dirigente.

Ellas se sumarían a los 88 millones, muchos de ellos niños, que a finales de 2020 no tenían posibilidades de acceder a los nutrientes indispensables para vivir por causa de conflictos armados e inestabilidad política, lo que significa un aumento de 20 por ciento respecto al año anterior.

No se trata sólo de una cuestión de falta de comida, dijo Guterres, pues ellos están así en buena medida por las acciones mismas del hombre.

En efecto, con motivo del décimo aniversario de la guerra impuesta en Siria, recordó que la mitad de los niños de ese país no han conocido un solo día de paz y que la violencia y las sanciones tienen un efecto devastador.

Señaló que durante mucho tiempo grupos terroristas, como el llamado Estado Islámico, controlaron buena parte del territorio sirio, sometiendo con extrema violencia a la población.

A la destrucción, el colapso económico, la pobreza y la incertidumbre se sumó el daño ocasionado por la pandemia de covid-19.

La semana pasada el secretario general de la ONU se refirió también a la grave situación humanitaria provocada por la guerra en Yemen, y calificó como decepcionante la recaudación de asistencia financiera urgente.

“Millones de niños, mujeres y hombres yemeníes necesitan desesperadamente ayuda para vivir. Cortar la ayuda es una sentencia de muerte” aseguró.

Son dos lugares que requieren atención inmediata, pero no los únicos donde grandes masas humanas están sometidas a condiciones extremas, que podrían desembocar en conflictos de consecuencias imprevisibles, como ocurre en el Sahel, el Cuerno de África, Sudán del Sur o Afganistán, entre otros sitios.

Si bien vivimos en el siglo XXI, en temas humanitarios seguimos atascados igual que al principio de la historia, como si el tiempo no hubiese transcurrido.  FIN