Por: Roberto Morejón
Un estrecho aliado de Estados Unidos, el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, está sumido ahora en la incertidumbre, pues desde la potencia del Norte le llegan señales cuestionadoras.
Un fiscal de Nueva York asegura que el primer mandatario hondureño colaboró en el tráfico de cocaína hacia Estados Unidos. El abogado presentó su tesis durante el juicio al narcotraficante hondureño Geovanni Fuentes.
Juan Orlando Hernández, quien negó vínculos con el trasiego de estupefacientes hacia Estados Unidos, se presenta llamativamente como un adalid en la lucha contra tales negocios ilícitos.
Para resquebrajar esa imagen, el fiscal neoyorkino Jacob Gutwillig describió a Honduras como un “narcoestado”.
En ese derrotero, medios periodísticos recordaron que el hermano del Presidente de Honduras, Juan Antonio Hernández, fue declarado culpable de narcotráfico en Estados Unidos en 2019.
Tony Hernández, exdiputado de la Asamblea de Honduras, fue condenado por negociar con narcotraficantes el acarreo de cocaína.
Lo cierto es que no es la primera vez que conjeturan sobre alegados nexos del Jefe de Estado de Honduras con el negocio de narcóticos, aunque sin exponer pruebas.
Sus críticos prefieren concentrarse en lo que califican como insuficiente gestión en el combate contra la pandemia por el nuevo coronavirus, la pobreza y los efectos de dos huracanes en 2020.
Los adversarios del gobernante le recuerdan que Honduras también es el reino de las pandillas juveniles.
Sin embargo, a pesar de escándalos, protestas sociales, crisis sanitaria, huracanes y una controvertida reelección presidencial, Juan Orlando Hernández permaneció aferrado al poder.
Siempre contó con el beneplácito de las administraciones estadounidenses, sobre todo la de Donald Trump.
El magnate republicano dio un espaldarazo a Hernández en ocasión de su controvertida victoria en los comicios de 2017, impugnados por manifestantes en las calles.
Hasta la OEA sugirió repetir la consulta en las urnas por denuncias de fraude, pero Washington se negó.
Tampoco Trump presionó al gobierno de Honduras por las recurrentes caravanas de migrantes que partieron de la ciudad de San Pedro Sula, con destino a la nación del Norte.
Asombran entonces las actuales alusiones de un fiscal neoyorkino a la supuesta implicación de Hernández en asuntos turbios, después de tantos años de silencio cómplice.