Imagen / prensa Latina
Por: Roberto Morejón
Con despliegue en la prensa y el reconocimiento de las autoridades concluyó su labor destacada en Panamá un grupo de más de 200 médicos y otros especialistas cubanos, enviados para asistir en el combate a la COVID-19.
Después de prestar servicios en varios hospitales, los profesionales antillanos tuvieron la oportunidad de presentar junto a sus colegas locales algunos de los resultados del trabajo, en una jornada científica.
El intercambio de experiencias sobre el cuidado de pacientes graves y la aplicación de protocolos específicos para el tratamiento del nuevo coronavirus, marcó un punto distintivo de la permanencia de la brigada cubana en la nación istmeña.
Los miembros del contingente de salud Henry Reeve contabilizaron allí más de 45 mil atenciones médicas y salvaron vidas en coordinación con los colegas del patio.
Nada más satisfactorio si consideramos que era la primera vez en la historia del contingente Henry Reeve que una brigada suya llegaba a Panamá.
Y así pudo ser luego de que el gobierno local solicitara ayuda cubana ante la pandemia de la COVID-19 .
El grupo llegó en diciembre último cuando era más necesario por el desgaste físico del personal panameño, después de largos meses de seguimiento a enfermos.
Al igual que otras decenas de miles de sus compañeros en diversas latitudes, los médicos cubanos se concentraron en la misión encomendada, sin inmiscuirse en asuntos internos del país.
De manera que estos cubanos que recién concluyeron su misión en Panamá reafirmaron la valía de tales misiones.
Otros enviados desde la tierra de José Martí habían sembrado el antecedente al implementar el programa de cuidados oftalmológicos Operación Milagro, iniciado en 2005 y finalizado cinco años después.
El plan permitió devolverle la visión a más de 49 mil panameños, la mayoría campesinos e indígenas.
Esta vez el propósito estuvo asociado a un mayor riesgo personal por la letalidad de la COVID-19 , pero los cubanos aplicaron estrictamente los protocolos de seguridad.
Gracias a ello regresaron a su tierra natal con buena salud y los placenteros recuerdos acerca de la gratitud de los panameños.
No hay mejor premio para los cubanos que saber que Panamá presenta una disminución de casos y de fallecimientos diarios.
A ese desenlace contribuyeron con su modesta ayuda al personal sanitario panameño.