Sanitarios llevan a fallecidos por Covid a una morgue de El Paso, Texas. Reuters.

Por: Guillermo Alvarado

El título de éste comentario, “La tercera ola”, no tiene que ver con el libro homónimo publicado en 1979 por Alvin Toffler, acerca de su visión de un mundo posterior a la era industrial, aunque sí con el futuro de la humanidad amenazado por la pandemia de covid-19, que no cede en su intensidad.

Casi un año y tres meses después del descubrimiento de los primeros casos y a pesar de las campañas de vacunación ya en marcha en varios países, la crisis sanitaria global ensombrece a pueblos y naciones, sobre todo aquellos que no alcanzan a ver una luz al final del túnel.

En Europa varios gobiernos tuvieron que volver al confinamiento para cortar la cadena de contagios en esta tercera ola que se muestra más grave que las anteriores.

Recientemente la Organización Mundial de la Salud, OMS, dijo que la demora en la vacunación en el llamado Viejo Continente es inaceptable.

En todo caso demuestra que no sólo es cuestión de dinero para comprar y acaparar los inmunizantes, sino de organización y eficacia.

Hasta el momento la zona Europa de la OMS, que incluye a Rusia, Israel, Turquía y algunas antiguas repúblicas soviéticas del Cáucaso, vacunó como promedio al 12 por ciento de su población.

Algunas van con un ritmo acelerado, como Israel, Reino Unido, Malta, Hungría y Serbia, pero otras que no son precisamente las más pobres, entre ellas Francia, Italia, España y Alemania, tienen una gran demora.

En América Latina el drama está alcanzando proporciones alarmantes. La región ya rebasó los 25 millones de contagios y se acerca a los 800 mil fallecidos, con Brasil a la cabeza donde la enfermedad está fuera de control.

Los datos del Gigante Sudamericano, cuyo gobierno hizo caso omiso de las recomendaciones de expertos locales y foráneos, suman casi 13 millones de casos y 328 mil muertos. Hace unos días se registró la espeluznante suma de 70 mil nuevos enfermos y tres mil decesos en apenas 24 horas.

Chile, que tiene el mayor porcentaje de población vacunada en el área, no puede, sin embargo, contener el virus y rebasó el millón de contagios y 23 mil fallecidos, lo que obligó a cerrar sus fronteras a partir de hoy lunes.

Falta ver qué ocurrirá tras el feriado de Pascuas, cuando en muchos lugares de la región la gente se movilizó en masa hacia las playas y centros de recreación, ante la inacción irresponsable de los gobiernos.

Ya la vida demostró que este nuevo coronavirus no se cansa. Si se le aplican medidas fuertes se repliega, pero cuando se baja la guardia retorna con más fuerza todavía por lo que la prevención sigue siendo la mejor arma que tenemos a la mano.