Crisis del sistema sanitario en Ecuador. Fallecido por coronavirus, abandonado a las puertas de un centro médico de Guayaquil. / EFE / DIARIO EXPRESO
Por: Roberto Morejón
Si no fuera por la crítica situación que ha dejado la pandemia por el nuevo coronavirus, el proceso de caída libre de los ministros de Salud en Ecuador merecería un análisis comparativo para indagar si es récord.
El presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, designó esta semana al sexto titular de Salud Pública de su gobierno y quinto desde el inicio del azote del Sars-Cov-2.
Mientras los hospitales se mostraban sin camas libres de cuidados intensivos, el médico Camilo Salinas asumía como nuevo responsable.
Salinas representó el cuarto en casi dos meses y debió tomar las riendas luego del escándalo por ancianos en largas filas para recibir la vacuna anticovid.
La mala organización de la campaña de protección a las personas de la tercera edad que costó el puesto a Mauricio Falconi no es el único desacierto atribuido a quienes pasaron por la misma silla.
Otro titular viajó a Estados Unidos al renunciar en febrero último, tras reconocer la vacunación de varios de sus familiares, en violación de las prioridades.
El más reciente dimitente, Mauricio Falconi, había puesto el dedo en otra llaga cuando se le escuchó en un audio, filtrado de una reunión por videoconferencia con los coordinadores provinciales del ministerio de Salud.
El agitado funcionario gritaba a sus subordinados por carecer siquiera de una base de datos sobre las personas vacunadas y las próximas a recibir el antídoto.
Después algunos hablarían sobre la ausencia de un plan de inmunización en un país que ya sufrió los estragos de anteriores oleadas de la covid-19, con fallecidos en las calles.
Los entuertos en el Ministerio de Salud están lejos de revelar un hecho aislado durante el mandato del presidente Lenín Moreno.
Su gestión ha sido blanco de inculpaciones desde antes de la crisis por el nuevo coronavirus a causa de la inestabilidad en las filas de los funcionarios.
Las estadísticas son sugerentes: en cuatro años pasaron por los ministerios ecuatorianos más de 90 personas y secretarios nacionales.
Sería un error pensar que tales consideraciones adversas No pesarán a la hora de la votación en la segunda vuelta de los comicios para la presidencia de Ecuador.
Y aunque los implicados lo niegan, el candidato derechista Guillermo Lasso debe cargar con su cuota de responsabilidad por la fluctuación en las filas de los directivos, pues cogobernó con Moreno.