Por: Roberto Morejón
Con miras a despejar el camino de escollos, la agricultura cubana emprende gradualmente más de 60 disposiciones, en beneficio de campesinos, miembros de cooperativas y la empresa estatal.
Reuniones de explicación sobre la naturaleza de los cambios y estímulos transcurren en la mayor de las Antillas.
A ellas asisten todo tipo de productores, sin violar las exigencias sanitarias.
En los encuentros, estrategas y funcionarios exponen el alcance de lo dispuesto, NO concebido en oficinas, sino proveniente de debates previos con labriegos, obreros y científicos.
Con la mayor transparencia se puntualiza sobre las limitaciones del país, inherentes al recrudecido bloqueo estadounidense y a los efectos de la pandemia en la economía, con la consiguiente imposibilidad de importar los insumos necesarios de los productores.
De ahí la relevancia de entre todos, con habilidades, experiencias y el recurso de la ciencia, poder solventar las dificultades.
Para ayudar actúan las disposiciones aprobadas por el gobierno, entre las que sobresalen proponer un nuevo modelo de gestión agrícola estatal y empresarial, descentralizar competencias y fortalecer la base productiva territorial.
La agricultura cubana priorizará además financiamientos dentro de las posibilidades, al crear la Banca de Fomento y Desarrollo Agropecuario, paralelamente al aumento de las áreas de riego.
Igualmente están en agenda la disminución de los impuestos por los ingresos personales, del precio de algunos insumos y servicios, así como nuevas normas para la comercialización, incluyendo de la leche y carne bovina.
Pero quizás uno de los incentivos más llamativos resulta las adecuaciones de las tarifas de electricidad, agua y de los servicios de la aviación agrícola.
Las providencias implican una erogación adicional del presupuesto del Estado, por concepto de subsidio, entre los 240 y 400 millones de pesos, moneda nacional.
Está sobre el tapete la concreción de una estrategia que agrupa esfuerzos y recursos, estos últimos hoy escasos, para emprender el tan añorado despegue en la producción de alimentos.
Su garantía de disponibilidad NO podrá llegar desde el exterior, sino desde los campos, por lo que motiva conocer que NO pocos productores transmiten vivencias sobre lo que pueden representar las más recientes alternativas para fincas y parcelas.