Por: Guillermo Alvarado
 

La idea es potenciar el trabajo en colaboración con fabricantes farmacéuticos de países desarrollados y en desarrollo.

El mecanismo COVAX, un instrumento creado para garantizar un acceso más equitativo de los países con menos recursos a las vacunas contra la covid-19, enfrenta un serio retraso en su ejecución, lo que pone en peligro a millones de personas ante los virulentos rebrotes de la pandemia.

Como señalé en un comentario publicado el 26 de noviembre de 2020, esta es una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud, OMS, la Alianza Gavi para las Vacunas y la Coalición para la Promoción de Innovaciones ante las Epidemias, entre otras entidades.

Está formada por más de 170 países y permite a quienes tienen ciertos recursos negociar directamente con los fabricantes, con el propósito de obtener un volumen racional de vacunas, y a quienes carecen de ellos hacérselas llegar por medio de una asistencia financiera especial.

Hasta la fecha, sin embargo, esto no ha funcionado así, lo que provoca que en las naciones ricas uno de cada cuatro habitantes ya haya recibido al menos una dosis de inmunizantes, pero en las más pobres la proporción es de uno por cada 500 indicó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS.

Los atrasos, que algunos funcionarios calculan entre dos y cuatro meses, se deben a problemas financieros, logísticos y de producción.

Según la Organización Mundial de la Salud el costo de la operación es de cinco mil millones de dólares, pero de momento se dispone nada más de unos tres mil millones.

La codirectora del Observatorio de la Salud Mundial, Nathalie Ernoult, dijo al diario francés Le Figaro que en la práctica resultó más difícil de lo esperado montar un sistema de esa naturaleza en tiempos de crisis.

Quienes pudieron, aceleraron sus acuerdos con las farmacéuticas, en detrimento de los menos favorecidos, dijo Ernoult.

Otro factor negativo en las últimas semanas es el severo rebrote ocurrido en India, uno de los principales productores mundiales de vacunas, que dejó de exportar las dosis para utilizarlas en su población, en particular las de AstraZeneca que son las más baratas en el mercado.

Una alternativa de COVAX en estas condiciones es diversificar sus fuentes de aprovisionamiento para cumplir con las metas propuestas.

La suspensión temporal de las patentes es lo más viable porque permitiría una producción masiva de los preparados.

Rusia, Francia y Estados Unidos ya expresaron su apoyo a esta iniciativa y la Unión Europea dijo estar dispuesta a dialogar, aunque advirtió que las negociaciones demorarían un tiempo prolongado.

En tanto, a los pobres no les queda sino esperar y sufrir.