La epidemia de dengue hemorrágico desatada en Cuba en 1981 por la que murieron 101 niños es
obra de Arocena. Foto: periódico Granma

Por Roberto Morejón (RHC)

Tal vez inspirados en una de las telenovelas del corazón escritas por Delia Fiallo, recién fallecida en la Florida, los medios de comunicación de allí y la llamada prensa independiente tejieron historias cursis  sobre un terrorista liberado en Estados Unidos.

No se trata de un reo cualquiera. La ultraderecha de Miami lo enarboló como un héroe de la resistencia contra Cuba, aunque en realidad el prontuario criminal del sujeto es copioso.

Se trata del terrorista de origen cubano Eduardo Arocena, uno de los pocos juzgados en la nación norteña por su actividad armada allí contra una nación vecina, Cuba.

El fundador del grupo Omega 7 fue condenado a dos cadenas perpetuas en 1984, cumplió casi 40 años tras las rejas, y salió a la luz pública ahora tras recibir una denominada “liberación compasiva”.

La excarcelación sigue a tenaces intentos de los extremistas para que Arocena saliera del encierro, porque en su criterio solo era un simple “anticastrista”.

Hay escasas referencias en el estado floridano a la trayectoria verídica del ahora ex presidiario, y en su lugar la radio en amplitud modulada y algunas televisoras lo mostraron como una “víctima”.

Calificado de “combatiente” por un sitio web de los llamados independientes cuyo financiamiento llega desde el exterior, Arocena tiene en Cuba bien identificadas sus incursiones en el terror.

El personaje, hoy de 77 años, fue acusado del asesinato, en 1980, del agregado de la misión diplomática cubana ante Naciones Unidas, Félix García Rodríguez.

Incluso el Buró Federal de Investigaciones lo señaló como el cabecilla de al menos dos acciones que culminaron en asesinatos y más de 30 explosiones en Nueva York, Nueva Jersey y Florida, entre 1975 y 1983.

Los ataques de la organización Omega 7 que lideraba Arocena abarcaron el Centro Lincoln de Artes Escénicas, misiones diplomáticas y sedes de empresas relacionadas con Cuba.

En la febril ejecutoria de Arocena sobresale la provocación de la epidemia de dengue hemorrágico en Cuba en 1981, con afectaciones a más de 344 mil personas, 158 de las cuales murieron, incluyendo 101 niños.

Por supuesto, nada de esto se publica en los medios que ahora encumbran al eximido reo, porque optan por escribir historias de ternura familiar, como si salieran de los folletines de Delia Fiallo.