Personas de una coalición por la justicia en las viviendas protestan contra los desalojos durante una conferencia de prensa junto a la legislatura de Massachusetts, Boston.(ASSOCIATED PRESS)

Por: Roberto Morejón

Millones de estadounidenses recuperaron el aliento después de la nueva moratoria de dos meses a los desalojos, disposición adoptada en 2020 ante el auge de la COVID-19.

Las autoridades sanitarias estadounidenses emitieron la nueva prórroga a los desahucios después de expirar el precedente, sin que el Congreso lograra una prolongación de la normativa.

 Más de 15 millones de personas, de ellas cuatro millones latinas, en poco menos de 7 millones de viviendas están atrasadas en los pagos de los alquileres por la crisis económica acentuada por la pandemia, y el correspondiente cierre de empresas y lugares de servicio.

 Los Estados del sur figuran entre los más conmovidos y a nivel nacional 16 por ciento de los hogares deben la renta, cerca del doble de los que estaban en apuros antes del azote del virus SARS-Cov-2.

 Los ojos de los afectados estaban puestos en el Congreso y en las autoridades sanitarias, las que al fin lograron contener los desalojos hasta octubre.

 Muchos se preguntan si la incertidumbre No se agudizará nuevamente ese mes ante la propagación de la cepa delta, tan contagiosa y letal, incluso en un país donde avanzó la vacunación.

 La misma duda la tiene posiblemente la representante Cori Bush, defensora de los inquilinos en riesgo de ser expulsados a las calles con sus pertenencias.

 Bush se plantó frente al Capitolio en protesta por el callejón sin salida en el Congreso.

 La congresista ha vivido en carne propia la condición de los “sin techo”, de ahí su vehemencia a la hora de recordar el drama de tantos estadounidenses en el gélido invierno.

 Pero nadie piense que los propietarios están cruzados de brazos, porque insisten en su rechazo a las dilaciones de los desahucios, al alegar la imposibilidad de cubrir pagos de hipotecas, impuestos y seguros de propiedades.

 No son pocos los magnates inmobiliarios con vínculos con el Congreso también inmersos en maniobras para impedir la extensión de la moratoria de las expulsiones.

 Ellos tienen mucho en juego, pues en Estados Unidos el precio de la vivienda es hoy 13 por ciento más alto en comparación con un año atrás.

 Con esos índices y la peligrosa guadaña que amenaza a quienes están atrasados en los alquileres, el mercado inmobiliario tiembla, aunque los de menos recursos serán los más castigados. FIN.