Por: Roberto Morejón

Como parte de un estudiado proceso para liberalizar fuerzas productivas, los cubanos aplican alternativas en busca de incrementar la producción de alimentos, pues la adquisición de buena parte de ellos en el exterior es onerosa financieramente.

Entre las variantes introducidas recientemente por las autoridades destaca la eliminación de precios topados en la agricultura, interpretado por productores como un avance notable.

Por supuesto, la disposición no se aleja de un principio básico, el de que los labriegos tengan en cuenta los requerimientos de esta sociedad, pendiente de los más vulnerables.

Los procesos en la agricultura cubana también contemplan variantes en estructuras de dirección, aligerar niveles intermedios y robustecer municipios.

Con anterioridad, los campesinos cubanos recibieron con alegría la aprobación de más de 60 líneas de acción para potenciar la generación de alimentos, a partir del mejor uso y tenencia de la tierra y alivios de carácter financiero.

Resultó llamativo para ellos la reducción de tarifas de electricidad y agua, después de su aumento con el ordenamiento monetario y cambiario, en enero último.

Los productores fueron autorizados asimismo a la venta liberada de leche y derivados tras cumplir  indicadores establecidos por la ganadería, así como a la comercialización de carne si rebasan el encargo estatal.

Todo lo apuntado y otras iniciativas deberán alentar los aportes de alimentos hacia un mercado hoy deficitario, si bien nadie espera saltos espectaculares ante la aguda escasez de insumos por el recrudecimiento del bloqueo estadounidense.

Igualmente, la pandemia de la COVID-19 recortó las posibilidades financieras del país, de ahí la franqueza con que las autoridades explican el imperativo de generar más nutrientes para la población en medio de  limitaciones.

Así que Cuba otorga autonomías y armoniza formas productivas, incluyendo la empresa estatal, cooperativas, campesinos, usufructuarios y las microempresas, de reciente aprobación.   

Sin embargo, el gobierno no desvía el oído de las bases, porque todavía quedan trabas por derribar, como insistió el presidente de la República , Miguel Díaz-Canel a productores.

¿Qué opinan los que fomentan los sembrados del proceso actual para ayudar a entregas superiores de víveres?

Es una pregunta a las que seguirán respondiendo quienes deciden las cosechas, los más entrenados.