Los jóvenes africanos encuentran en la mayor isla de las Antillas hospitalidad, becas de estudio
y oportunidad de realizar prácticas, decisivas en su adiestramiento. Foto: Cubadebate

Por Roberto Morejón (RHC)

Angola y Chad, entre otros países africanos, han recibido por estos días avanzadas de grupos o colectivos completos de jóvenes recién egresados de planteles de altos estudios de Cuba, donde la calificación de ese personal constituye un compromiso ineludible.

Mayoritariamente médicos aunque se incluyen titulados en otras especialidades, los viajeros son recibidos por familiares y autoridades, las que además de reiterar gratitud a Cuba, les alistan ubicaciones.

 En la ofensiva contra el virus Sars-Cov-2, causante de la Covid-19, y otros males tendrán tareas por desarrollar los que cursaron por siete años la especialidad de Medicina, con frecuencia imposible de matricular en muchas capitales africanas.

La formación de fuerza competente representa una de las aristas sobresalientes de la cooperación de Cuba con África, como parte de intercambios fluidos, pues La Habana mantiene relaciones con todos los Estados de aquel continente.   

África es parte inseparable de la cultura en la nación caribeña y casi medio millón de cubanos lucharon allí contra el colonialismo, el apartheid y por la independencia.

Los jóvenes africanos encuentran en la mayor isla de las Antillas hospitalidad, becas de estudio y oportunidad de realizar prácticas, decisivas en su adiestramiento.

Con el triunfo de la Revolución en 1959, la solidaridad con los pueblos del continente africano se convirtió en una prioridad para Cuba.

Foto: Archivo/RHC

Más de 37 mil profesionales de 147 países, incluyendo africanos, han sido formados en la nación antillana en estos años, de ellos más de 30 mil en la Escuela Latinoamericana de Medicina, una universidad para estudiantes pobres de otras latitudes.

Muchos jóvenes africanos se desplegaron por facultades de Medicina y otras instituciones de altos estudios en diversas provincias cubanas, para recibir los conocimientos correspondientes y llegaron a querer esos sitios como la segunda patria.

Anouhou Seyni Samí, mejor titulado de la cuadragésimo cuarta graduación de la facultad de Medicina de la oriental provincia de Holguín, subrayó ese aprecio.
Oriundo de Níger, destacó antes de partir hacia su país que aquí salieron formados como médicos de ciencia y conciencia, algo que -dijo- la Humanidad necesita en estos momentos.

Como Seyni Sami, centenares de jóvenes africanos regresan este año desde Cuba a su tierra natal para servirla como tenían planeado.