Por: Roberto Morejón

Además de sufrir un calvario en sus accidentados viajes para tratar de entrar a Estados Unidos, los migrantes latinoamericanos sufren las sacudidas de la política interna de la potencia del Norte.

Así ocurre nuevamente luego de la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de ordenar la restauración del procedimiento migratorio conocido como “Permanecer en México”.

Implantado durante la administración del ex presidente Donald Trump, la mencionada política requería el regreso de decenas de miles de solicitantes de asilo a México, en lugar de permanecer en Estados Unidos a la espera de la sentencia.

El objetivo del xenófobo ex primer mandatario era desalentar el arribo de inmigrantes, a quienes endilgó los peores epítetos.

Por su peyorativo trato a los viajeros extranjeros que buscaban empleos en Estados Unidos imposibles de conseguir en su tierra natal, Trump fue acusado por organizaciones humanitarias de negarles su derecho legal a buscar refugio en la rica nación del Norte.

Pero el ex gobernante Ni se sonrojó. Ahora aplaudió la decisión de la Corte Suprema , al paralizar el paso dado por la administración de Joseph Biden de poner fin a la política dictada por su antecesora.

Al margen de que el gobierno demócrata afirma que apelará el fallo de la Corte Suprema , lo cierto es que, como en la época de Trump, los migrantes serán devueltos a zonas fronterizas, del lado mexicano, donde actúan mafias y traficantes de seres humanos.

México No cuenta con los recursos suficientes para bregar con la afluencia de solicitantes de asilo en la línea divisoria y tampoco puede construir nuevos albergues, a partir de que los actuales están llenos.

Todo ello ocurre en momentos en que las estadísticas reflejan una situación adversa para los aspirantes a llegar a Estados Unidos en busca de soporte de vida. 

A pesar de la suspensión desde enero último de las devoluciones de migrantes a México para la espera de sus trámites, continuaron las expulsiones definitivas, entre otras razones por la crisis sanitaria. 

Solo en julio último Estados Unidos detuvo en su frontera sur a más de 212 mil migrantes, la cifra más alta en 20 años.

De manera que los reclamantes latinoamericanos de refugio u otras modalidades legales siguen encontrando múltiples escollos en sus planes de concretar el sueño dorado, residir en Estados Unidos para obtener vías de sustento para ellos y sus familias.

El enfoque sensible hacia su suerte sigue brillando por su ausencia.