Ellos, junto a los abnegados doctores de cada territorio, asumieron con pericia y estoicismo sus funciones
en la línea roja, donde luchaban por la vida. Foto: periódico Granma
Por Roberto Morejón (RHC)
Cálidas despedidas tienen lugar por estos días en algunas provincias cubanas con disminución de casos de Covid-19 después de agudos rebrotes, ya que los pobladores dicen adiós, agradecidos, a médicos de refuerzo que los atendieron.
En efecto, brigadas de profesionales cubanos de la salud, muchos de ellos pertenecientes al Contingente ‘Henry Reeve’, asintieron ante el llamado a trabajar en territorios de la nación donde el sistema hospitalario se puso tenso.
Eran momentos en los que, además de una curva ascendente de casos, se registró una falla en una planta productora de oxígeno medicinal, y fue indispensable recurrir a soluciones de emergencia para afrontar el déficit del vital recurso.
Antes, durante y después de ese trance, médicos cubanos residentes en varias provincias viajaron a otras con más reportes de contagiados con el SARS-Cov-2.
También lo hicieron centenares de esos miembros del ejército de batas blancas que cumplen misiones en otros países, entre ellos Venezuela y Panamá, desde donde salieron con rapidez hacia el archipiélago caribeño.
Se trata de una estrategia meticulosamente organizada que obligó a que muchos de los movilizados prescindieran de ir a sus casas a ver a sus familiares, dada la urgencia de su cometido.
Ahora, cuando gracias a la vacunación con biológicos propios, a tratamientos certeros diseñados por científicos y personal de salud y a las disposiciones higiénico-sanitarias adoptadas, en Cuba descienden los contagios de COVID-19, es apropiado rendirles homenaje a los médicos y enfermeros movilizados.
Ellos, junto a los abnegados doctores de cada territorio, asumieron con pericia y estoicismo sus funciones en la línea roja, donde luchaban por la vida.
Dedicatoria particular requieren los integrantes del Contingente de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias ‘Henry Reeve’, colectivo que, por cierto, recibió el Premio de la Paz de los Pueblos, otorgado por más de cien organizaciones de Estados Unidos.
Recordemos que el grupo brinda ayuda médica a las poblaciones víctimas de desastres naturales y epidemias en otros países y contribuye a su recuperación.
Con vasta experiencia acumulada en escenarios de terremotos, ciclones, ébola y otros percances, los referidos especialistas pusieron sus conocimientos y habilidades al servicio de sus compatriotas.