Trinidad, en el centro-sur de Cuba es uno de los polos turísticos más visitados en el archipiélago.
Foto: Archivo/RHC
Por María Josefina Arce (RHC)
El venidero mes de noviembre Cuba abrirá sus fronteras al turismo internacional, pero sin perder de vista la protección de la población cubana y de quienes nos visiten en busca de un destino seguro y de variadas ofertas para liberar tensiones tras casi dos años de pandemia.
Si bien la medida permitirá reactivar la economía, seriamente afectada por la COVID-19 y el recrudecimiento del bloqueo norteamericano, ha sido adoptada tras un exhaustivo análisis de la actual situación epidemiológica del país, que evidencia desde las últimas semanas un notable decrecimiento del número de contagiados y fallecidos por la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
En este panorama ha incidido la exitosa campaña de vacunación que se desarrolla en todo el territorio nacional, con inmunógenos propios de alta eficacia y seguridad.
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Por demás, las autoridades sanitarias han trazado como estrategia aplicar una dosis de refuerzo, pues aunque los estudios realizados han arrojado que seis meses después de haberse vacunado se mantiene alta la carga de anticuerpos, se busca aumentar más los niveles de protección, sobre todo ante variantes peligrosas como la Delta.
Esta dosis garantiza una mayor seguridad para determinados grupos poblacionales, más vulnerables y que por determinadas razones no logran una alta respuesta y son por tanto, más propensos a infectarse.
Todo esto brinda protección a los ciudadanos y ofrece un destino seguro a los visitantes foráneos.
Con este fin, el Ministerio del ramo ha trabajado, además, en estrecha coordinación con las autoridades sanitarias, teniendo en cuenta las recomendaciones de organizaciones mundiales como la del Turismo y Salud, las operadoras establecidas en el país y de los turoperadores de los principales mercados emisores.
Asimismo, el personal de hoteles, aduana, inmigración y transporte han sido inmunizados y también recibirán una dosis de refuerzo, otra muestra de seguridad sanitaria para desarrollar plenamente la temporada alta.
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Las autoridades han explicado que, igualmente, se prioriza la atención del médico y enfermera dentro de las instalaciones turísticas, pero se añade un técnico de higiene y epidemiología para la vigilancia y el cumplimiento estricto de los protocolos.
Han hecho hincapié en que el uso de la mascarilla será todavía necesario dentro de las terminales aéreas, al igual que en todo el país, especialmente en los lugares cerrados.
Unido a la adopción de protocolos para la protección de los vacacionistas, el país ha trabajado para diversificar sus ofertas sobre todo culturales, pues Cuba es más que un destino de sol y playa.
En estos meses de pandemia se ha laborado para mejorar el confort de las habitaciones en los distintos hoteles y brindar una mejor conexión a Internet.
Un turismo responsable y seguro es el objetivo de Cuba, que busca preservar la salud de quienes nos visiten, pero también de las personas vinculadas al sector y en general de cada cubano.