Los pormenores del perverso negocio que involucra a Piñera salieron a la luz pública gracias a los Papeles de Pandora.
Foto: Archivo/RHC
Por Guillermo Alvarado (RHC)
En una votación calificada de histórica, la Cámara de Diputados de Chile aprobó la víspera la acusación constitucional contra el presidente Sebastián Piñera, señalado de obtener beneficios personales y para su familia aprovechando los privilegios que le otorga su cargo.
La sesión en el órgano legislativo se prolongó durante 23 horas, 14 de las cuales fueron empleadas por el subjefe de bancada del Partido Socialista, Jaime Naranjo, quien presentó el caso ante el plenario.
El largo discurso tuvo como objetivo llevar el debate más allá de la medianoche del lunes, hora en que finalizaban una cuarentena por Covid-19 varios legisladores, cuyos sufragios eran indispensables para alcanzar el mínimo requerido por las leyes.
Finalmente, en la madrugada del martes se produjo la votación y 78 diputados se pronunciaron a favor del juicio político contra Piñera, 67 estuvieron en contra y tres optaron por abstenerse.
Hubo júbilo en varios sectores de la sociedad chilena al conocer el resultado, pero el caso pasa ahora al Senado, donde el gobierno tiene mayoría y será muy difícil lograr su aprobación, que llevaría automáticamente a la destitución del presidente por faltas graves.
Se le señala al jefe de Estado que en 2010, nueve meses después de asumir por primera vez el cargo, su familia vendió a un amigo cercano un proyecto para construir dos minas y un puerto, por 152 millones de dólares.
La transacción se realizó por medio de un paraíso fiscal ubicado en Islas Vírgenes Británicas y se pactó en tres pagos, con la polémica cláusula de que el tercero sólo se realizaría si el lugar, ubicado en el norte de Chile, no se declaraba área protegida como reclamaban organizaciones ambientalistas.
Esto último nunca se hizo, en efecto, y los parientes del presidente recibieron todo su dinero como estaba previsto, a pesar de múltiples protestas porque se trata de un área única en el mundo por su biodiversidad.
Para desgracia de Piñera los pormenores de este perverso negocio salieron a la luz pública gracias a los Papeles de Pandora, una investigación de un consorcio internacional de periodistas.
Ya el escándalo cobró su primera víctima, pues fue una de las razones por las que el candidato oficial a la presidencia en los comicios del próximo 21 de noviembre, Sebastián Sichel, cayese estrepitosamente en la intención de voto.
Es muy improbable que el Senado también condene al gobernante, porque la derecha no se va a suicidar políticamente en plena etapa electoral, pero los hechos quedan en la historia y muestran cómo para esa clase social las leyes y la ética no importan, cuando están en juego intereses económicos.