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Por Roberto Morejón (RHC)
Los cubanos acogieron con beneplácito la XX Cumbre del ALBA-TCP, Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos, y saludaron la reafirmación de compromisos para robustecer ese mecanismo y el regreso de Bolivia y Santa Lucía.
La reunión en La Habana, en el aniversario 17 de la fundación del ALBA, corroboró la importancia otorgada por el gobierno encabezado por el presidente Luis Arce y el Movimiento al Socialismo al bloque integracionista.
Luego de ganar las elecciones, Arce reincorporó su país al conglomerado de 10 naciones.
Así puso fin a la arbitraria decisión del régimen de Jeanine Áñez, quien ordenara la salida de Bolivia del ALBA-TCP.
La gobernante de línea ultraconservadora asumió el poder tras el golpe de Estado en 2019, y llevó las relaciones exteriores de Bolivia a un atolladero.
Precisamente, durante su discurso en la reunión del ALBA-TCP aquí en La Habana, el presidente Luis Arce se disculpó con Cuba por el maltrato que la brigada médica antillana recibió en su país por instrucciones de la administración de Áñez, respaldada por la derecha.
Los cubanos valoraron altamente las expresiones del primer mandatario, quien recordó el apoyo de nuestros profesionales en el campo de la oftalmología y la asistencia de La Habana a una campaña de alfabetización.
Imagen ilustrativa tomada de Archivo/RHC
Otro país que regresó al ALBA-TCP, en este caso después de cinco años de interrupción, fue Santa Lucía, territorio de 616 kilómetros cuadrados de superficie y 183 mil habitantes.
El canciller santalucense, Alba Baptiste, presente en la XX cumbre del bloque, opinó que su país se benefició con la integración, y recordó que a 10 mil de sus compatriotas les realizaron cirugías oftalmológicas durante la Operación Milagro.
Baptiste, quien encomió la labor de una brigada de médicos cubanos en Santa Lucía, ratificó el compromiso con el mecanismo regional.
A Cuba, como al resto de los miembros del ALBA-TCP, les congratula tener de vuelta a Bolivia y Santa Lucía, para seguir trabajando en un proyecto de gran utilidad.
Así se evidenció durante la pandemia por el nuevo coronavirus, con el establecimiento de un puente humanitario para el traslado de vacunas y médicos.
Como señalara el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, el ALBA-TCP nació de la unidad, se alimenta de solidaridad y cooperación, y se afirma en el poder de los pueblos para transformar la historia.