Según Pereira, el Frente Amplio empieza a construir la plataforma de lanzamiento para 2024, fecha de venideros comicios
presidenciales en Uruguay. Foto: UY Press
Por Roberto Morejón (RHC)
El Frente Amplio, formación más importante de la oposición en Uruguay, prosigue su fase de autoanálisis y renovación después del revés en las elecciones de 2019, y como parte de su dinámica interna designó a un líder sindical en la función de presidente electo.
Fernando Pereira, quien hasta mediados del año en curso encabezó la luchadora central sindical PIT-CNT, es el nuevo líder de la coalición que en su trayectoria, de más de medio siglo, ha tenido entre sus figuras cimeras a emblemáticos militantes, como Líber Seregni y Tabaré Vázquez.
El Frente Amplio, en el gobierno durante 15 años, NO pudo proseguir en el empeño ante el balance electoral, pero nadie niega su hoja de servicios a favor de los uruguayos, incluyendo procedimientos para hacer más accesible el sistema de salud.
Durante el mandato del neoliberal Luis Lacalle Pou, mantiene una posición crítica y en sus bases se encuentran muchos participantes eficaces en la campaña de recolección de firmas contra la Ley de Urgente Consideración, calificada nociva para los derechos sociales y económicos.
Fernando Pereira, ahora presidente electo del Frente Amplio, fue uno de los referentes del acopio de firmas contra la principal ley del ejecutivo derechista.
El ex dirigente gremial asumirá la titularidad efectiva de la colectividad política en febrero próximo, pero desde ahora mostró su voluntad de marchar hacia la paridad en el liderazgo.
En opinión del activista obrero, el Frente Amplio empieza a construir la plataforma de lanzamiento para 2024, fecha de venideros comicios presidenciales, cuando su formación volverá a ser alternativa, según sus palabras.
Con la guía de Pereira, el conglomerado opositor deberá continuar lo que muchos califican de renovación generacional, gestión que, en su criterio, NO solo es un tema de edad, y a favor de la unidad sin exclusiones.
Todo ello en un año en el que la Central PIT-CNT coordinó un paro general en reclamo de empleo y mejores salarios, ante la abrupta caída del poder adquisitivo.
Llevado a cabo en septiembre, la interrupción de labores también dio curso a demandas por salud y vivienda dignos, defensa de las empresas estatales y rechazo a aumentos de tarifas públicas.
Se trata de reclamos a los que presta oídos receptivos el Frente Amplio.
