Imagen ilustrativa.  Antony Blinken,  Washington D.C., 26 de febrero de 2021. (Foto: AFP)

Por: Guillermo Alvarado

Sin encomendarse a dios o el diablo, el secretario norteamericano de Estado, Anthony Blinken, publicó en las redes sociales una crítica al gobierno mexicano de Andrés Manuel López Obrador por la cantidad de periodistas asesinados en la nación latinoamericana.

Textualmente dijo el alto funcionario de la Casa Blanca que “Me uno a quienes piden mayor responsabilidad y protección para los periodistas mexicanos. Mi corazón está con los seres queridos de aquellos que dieron su vida por la verdad”.

Lo primero que se me pasó por la cabeza cuando leí ese texto fue que Blinken se habría hecho un gran favor si incluye en sus “oraciones” a las decenas de comunicadores de varios países del mundo que perdieron la vida en las guerras de Iraq y Afganistán, organizadas precisamente por su país.

Pienso, por ejemplo, en el reportero gráfico español José Couzo, asesinado por un misil que fue disparado desde un tanque estadounidense durante el ataque al hotel Palestina, en Bagdad, en abril de 2003.

Blinken también podría haber explicado que los periodistas asesinados en México son una consecuencia de la absurda guerra contra el narcotráfico, impuesta por la Casa Blanca al expresidente Felipe Calderón Hinojosa.

Es verdad que durante el período de López Obrador han caído bajo las balas varios profesionales de la prensa, pero las causas reales de estos lamentables hechos hay que buscarlas en los diez o quince años anteriores a su gobierno.

Llama mucho la atención que las palabras del secretario de Estado sean casi una repetición de las expresadas hace unos días ante el Congreso por el senador republicano Rafael Edward Cruz, más conocido como Ted Cruz, uno de los políticos con menos prestigio y respeto de la nación norteña.

¿Intenta Blinken parecerse a Cruz? En todo caso es bueno recordarle que el único éxito de ese legislador por ahora es concitar hacia su figura el desprecio generalizado de sus 99 colegas del Senado estadounidense.

En 2016 protagonizó unas tumultuosas primarias republicanas con Donald Trump, donde intercambiaron todo tipo de insultos y llegaron incluso a ofender gravemente a sus mutuas esposas. Hoy día Cruz es un ferviente defensor del expresidente, porque sabe que es su único oxígeno político.

¿Qué hacen estos dos representantes de un mismo sistema, uno desde el bando demócrata y el otro del republicano, atacando a López Obrador en el doloroso tema de los periodistas asesinados?

Con certero y duro lenguaje popular, el presidente mexicano recordó que Estados Unidos siempre ha gustado de ser “candil de la calle y oscuridad de su casa”, una figura muy exacta de la realidad.