Plan Turquino. Fotos: Internet

Por: María Josefina Arce

Hace 35 años por iniciativa del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, se puso en marcha el Programa de Atención al Desarrollo Integral de las regiones montañosas para el avance tanto social como económico de esas zonas de difícil acceso, olvidadas antes de enero de 1959.

El también conocido como Plan Turquino, en alusión a la elevación más alta del país, vino a ampliar la perspectiva del trabajo que ya se venía realizando desde el triunfo revolucionario para mejorar las condiciones de vida de los pobladores de esos lugares.

Hasta allí había llegado en 1961 la Campaña de Alfabetización. El saber llegó a quienes habían estado durante décadas aislados, abriendo otros horizontes.

Pero se siguió avanzando y se construyeron escuelas para facilitar el aprendizaje de niños y también la incorporación de los adultos a los programas educativos puestos por el gobierno a su alcance.

Incluso se han abierto escuelas con poca matrícula y un maestro, con el fin de mantener escolarizados a los menores y evitar que se trasladen  grandes distancias.

El acceso a la atención médica vino a revolucionar la vida de los habitantes de las regiones montañosas. Hospitales y otros centros sanitarios hicieron posible elevar los índices sanitarios.

Hoy las transformaciones en estos parajes son evidentes. Escuelas con acceso a Internet, consultorios médicos por toda la geografía serrana, mejoramiento de las viviendas y torres que garantizan las señales de radio, televisión y telefonía móvil son algunos de los cambios registrados.

Un colosal esfuerzo ha significado llevar la energía eléctrica, dadas las características de esas áreas. Para ello se ha invertido en fuentes de energía renovables como  paneles fotovoltaicos y en la construcción de pequeñas hidroelectricas.

La cultura también ha llegado a estos apartados lugares. Cada año cruzadas artísticas, que abarcan las distintas manifestaciones, hacen las delicias de los pobladores. El movimiento ha ido creciendo con el tiempo y ya en el participan exponentes del arte de otras naciones.

El aspecto económico tiene igualmente una especial atención. Se priorizan programas de colaboración y desarrollo local, que generan empleo, elevan los ingresos de las familias y se aprovechan las producciones.

Hoy se continúa trabajando para dar respuesta a dificultades existentes y que complejizan la vida en las zonas montañosas, de vital importancia social, económica y para la defensa del país.