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Por María Josefina Arce.
Ante el incendio de grandes proporciones en la base de supertanqueros de la occidental ciudad de Matanzas, las autoridades cubanas mantienen un estrecho monitoreo de las condiciones ambientales para preservar la salud de la ciudadanía y conocer su impacto en la biodiversidad.
En las constantes reuniones para evaluar la situación y adoptar estrategias, el presidente cubano, Miguel Díaz Canel, ha reiterado la importancia de no descuidar la vigilancia sobre los posibles daños ambientales que representen un riesgo para la integridad de las personas y el entorno.
Es así que se trabaja coordinada e intensamente entre los diversos ministerios como el CITMA, Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, y entidades como el Instituto de Meteorología, siempre atento a las variables atmosféricas.
Se vigila la calidad del aire, el agua y los suelos y se informa detalladamente a la población para evitar afectaciones a la salud. Este constante monitoreo no se limita a Matanzas, sino que se extiende también a las cercanas provincias de Mayabeque, Artemisa y La Habana, dado el humo que es arrastrado por el viento.
De hecho desde el primer momento las autoridades competentes han aconsejado el uso de la mascarilla, ante la intensa humareda derivada del siniestro.
Hasta el momento, han subrayado los expertos, no hay reportes de un incremento de las enfermedades respiratorias en el occidente del país como resultado de las emisiones de gases contaminantes, debido a que las concentraciones son menos significativas sobre la superficie.
Es este un aspecto importante y sobre el cual se mantiene una constante comunicación con el Ministerio de Salud Pública y las distintas instalaciones hospitalarias.
La calidad del agua para el consumo humano es otra de las preocupaciones de los expertos, quienes se mantienen atentos ante cualquier posible contaminación. Para tranquilidad de los ciudadanos, dado algunos rumores, se ha informado que el preciado líquido es óptimo.
Al respecto se ha aclarado que el campo de pozos del cual se abastece el acueducto está alejado de la zona del siniestro. El agua que se extrae, se ha enfatizado, es constantemente clorada y se verifica su calidad a la salida del Centro de Distribución.
Una de las recomendaciones de los especialistas a los pobladores es que no deben exponerse a las lluvias asociadas a toda el área que está bajo la influencia de la columna de humo, sobre todo personas vulnerables como niños, ancianos y con enfermedades crónicas.
El incendio en la occidental ciudad de Matanzas también ha significado un reto por las posibles afectaciones que trae aparejadas para la salud de los ciudadanos, por eso, las autoridades no han dejado en ningún momento de prestar especíal atención a este aspecto.
Son muchas las personas involucradas en el cuidado de la población. Se ha trabajado y se trabaja incansablemente para minimizar los riesgos, pues la vida y la preservación de la salud ha sido siempre una máxima de las autoridades cubanas, que además, están seriamente comprometidas con la protección del entorno.