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Por: Roberto Morejón
La quincuagésimo segunda Asamblea General de
El secretario norteamericano de Estado, Anthony Blinken, sacó a flote un pronunciamiento sobre el conflicto en Europa del Este, permeado por la visión occidental, sin que el enviado de
En efecto,
Para Estados Unidos, país que aporta más de la mitad del presupuesto de la entidad, el asunto No era crucial, y el cónclave de Lima pasó de largo, para aludir a Nicaragua y Venezuela.
El jefe de la diplomacia estadounidense recurrió al roído argumento de que el Hemisferio exija a Venezuela, Nicaragua y Cuba respetar los derechos humanos, sin que el orador examinara los desafueros en su nación contra minorías raciales.
Si bien Blinken logró que
Es cierto que
Pero el entramado naufragó en manos del secretario general Luis Almagro al revelarse una investigación periodística publicada en el diario Los Angeles Times.
El polémico Almagro, acusado de actuar como empleado del Departamento norteamericano de Estado, enfrenta una indagación ante denuncias por mantener una relación consensual con una asistente.
Más allá del asunto de faldas, el señalamiento, si fuera cierto, perjudica a Almagro porque el código de ética de
La alforja contra Almagro crece diariamente, luego de destacar por su papel en el golpe de estado contra el presidente boliviano Evo Morales y manejar unilateralmente las riendas de la organización con asiento en Washington.
El supuesto traspiés de Almagro salvó a