La violencia con armas de fuego en Estados Unidos

بقلم: Maite González
2022-10-17 07:02:14

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Flores en escuela primaria Robb, en Uvalde, Texas, donde 19 estudiantes y dos maestras murieron después de un tiroteo. Foto / Sergio Flores para TWP.

Por María Josefina Arce

En Estados Unidos la violencia con armas de fuego se ha convertido en una tragedia cotidiana. Tiroteos masivos en escuelas y lugares públicos se registran en cualquier parte del territorio estadounidense. Y el 2022 viene siendo un año letal. 

Hasta el momento se han registrado más de 530 tiroteos masivos, de acuerdo con la organización Archivo de la Violencia Armada, que monitorea estos hechos.

Unos 251 niños han sido asesinados y otros 570 heridos en los casi diez meses transcurridos, detalla la entidad sin fines de lucro.

Presente está en la memoria de la sociedad estadounidense el tiroteo de mayo pasado en la escuela primaria de Uvalde, Texas, dónde murieron 19 infantes a manos de un joven de 18 años.

No es único este tipo de suceso en centros escolares, protagonizado en muchos casos por jóvenes. Desde aquel triste 20 de abril de 1999 en que tuvo lugar la masacre de Columbine, en Colorado, en la que perdieron la vida 12 estudiantes, cada cierto tiempo Estados Unidos es conmocionado por hechos tan lamentables.

Cómo señalan los expertos cada masacre aviva el temor de las familias y de los niños, que viven con  miedo de que la escuela a la que asisten sea escenario de un tiroteo.

La espiral de violencia ha venido creciendo sin freno. Poco o nada se ha hecho al respecto en las últimas décadas, propuestas para endurecer las leyes de posesión de armas no han avanzado durante años en el Congreso, detrás ha estado la influyente Asociación Nacional del Rifle, a la que pertenecen muchos políticos, incluso ex presidentes que en su momento no enfrentaron esa situación.

O como Donald Trump que ante la matanza de Parkland, acaecida en febrero de 2018, bajo su mandato, su propuesta fue armar a los maestros, en lugar de poner límites a la proliferación de estos artefactos.

Ha existido siempre una gran división sobre el tema. Muchos defienden el derecho de portar armas, avalado por la Segunda Enmienda de la Constitución y tras la que se escudan para no avanzar en medidas de seguridad que salven vidas.

Por demás, los esfuerzos que se hacen en algunos estados chocan con una conservadora Corte Suprema. En junio pasado por ejemplo, reafirmó el derecho constitucional de una persona a portar un arma de fuego en público, en un fallo sobre un caso en Nueva York, uno de los seis estados con restricciones a la tenencia de estos aparatos en la vía pública.

Es ahora tras la matanza de Uvalde y numerosas víctimas a lo largo de décadas, que finalmente demócratas y republicanos se pusieron de acuerdo y se aprobó una ley de control de armas, que todavía lejana a las demandas de una parte de la sociedad, introduce ciertas limitaciones y destina miles de millones de dólares a salud mental y seguridad escolar.

Y es que de acuerdo con los datos más recientes de que se disponen, hoy en suelo estadounidense hay más de 390 millones de armas en circulación. 

La realidad es que ese derecho que tanto evocan muchos en Estados Unidos atenta contra el derecho a la vida y la seguridad de sus ciudadanos. Cada día que pasa la violencia armada se cobra nuevas vidas y más familias lloran la pérdida de seres queridos.



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