Igueldad de Género y empoderamiento de la Mujer. Imagen: archivo/MC

por María Josefina Arce

El 8 de marzo se ha convertido en una jornada de lucha para las mujeres en defensa de sus derechos, para visibilizar la inequidad de género que aún persiste en todas las regiones del mundo, en especial en América Latina y el Caribe, y se manifiesta en  los diversos ámbitos de la vida.

Cada día las féminas se enfrentan a situaciones de violencia, abusos y un trato desigual  tanto en su hogar, como en su entorno laboral. Se les niega además, la oportunidad de aprender y obtener decorosos ingresos.

De acuerdo con la ONU, la igualdad de género, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030, está muy lejos de hacerse realidad y puede demorar hasta 300 años.

Las mujeres representan casi 50% de la población mundial, y es el sector más afectado por la pobreza. Para que se tenga una idea del complejo panorama, en  2022 unos 383 millones de féminas y niñas vivían en esa condición.

Un reciente informe de la OIT, Organización Internacional del Trabajo, señala que los desequilibrios de género en el acceso al empleo y las condiciones de trabajo son mayores de lo que se pensaba.

recisa que 15% de las mujeres en edad de laborar en todo el mundo no tiene una ocupación y destaca que las responsabilidades personales y familiares afectan desproporcionadamente a este segmento poblacional.

La llegada de la COVID 19 vino a ahondar las diferencias. Las medidas puestas en marcha para evitar su propagación llevaron al aumento de la carga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, y por tanto, una salida del mercado laboral, profundizando con ello, apuntan los expertos, la femenización de la pobreza.

En la actualidad por ejemplo, como promedio para América Latina y el Caribe, la pobreza de las mujeres supera a la de los hombres en 3,4 puntos porcentuales. Pero aunque la pandemia fue un detonante, esta situación es resultado del modelo neoliberal puesto en marcha en muchos países de la la región.

Otra problemática que aún afecta con fuerza a las mujeres y niñas, y la emergencia sanitaria mundial mostró en toda su crudeza, fue la violencia de que es objeto este sector.

 En mayor o menor medida esta situación está presente en todo el mundo, siendo una de las regiones más golpeada América Latina y el Caribe, donde antes de la pandemia ya se registraba una alta prevalencia de este fenómeno.

El Observatorio de Igualdad de género de América Latina y el Caribe precisó que en 2021 cerca de 4500 féminas fueron asesinadas en el área por razones de género.

Cómo afirmara el secretario general de la ONU, António Guterres, los derechos de la mujer sufren abusos, amenazas y los discretos avances conseguidos durante décadas se desvanecen ante nuestros ojos.

Y la justicia de género es urgente, pues además de garantizar derechos humanos fundamentales a todos, es un elemento clave para lograr sociedades más justas, más equitativas.